El oficialismo "decretó" el precio del barril criollo a 45 dólares. A cambio, exige una serie de requisitos relacionados al empleo, las inversiones y la divisa extranjera. Se trata de un fuerte subsidio al sector petrolero.
El gobierno fijó un precio mínimo al petróleo
Finalmente, el gobierno nacional fijó por decreto el precio sostén para la producción local de petróleo en 45 dólares. A cambio del "barril criollo", las empresas petroleras deberán cumplir una serie de requisitos vinculados a mantener el nivel de empleo, inversiones y con restricciones al mercado de cambios.
En concreto, a las provincias les mejora las regalías, a las empresas la ecuación económica para que puedan producir, y asegura los salarios del sector, cerca de 200.000 en todo el país, a lo que debe sumarse las pequeñas empresas de servicios. Y lo más importante: no deberían subir los precios de los combustibles.
Si bien la medida se anunció en los primeros días de mayo, fue oficializada este martes a través del Decreto 488/2020, que lleva las firmas del presidente Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y los ministros de Desarrollo Productivo y Economía, Matías Kulfas y Martín Guzmán.
En efecto, se decretó que hasta finalizar el 2020, "las entregas de petróleo crudo que se efectúen en el mercado local deberán ser facturadas por las empresas productoras y pagadas por las empresas refinadoras y sujetos comercializadores, tomando como referencia para el crudo tipo Medanito el precio de 45 dólares por barril". En el Boletín Oficial se aclaró que este precio "será ajustado para cada tipo de crudo por calidad y por puerto de carga, utilizando la misma referencia, de conformidad con la práctica usual en el mercado local".
Durante el plazo de vigencia de esta medida, las empresas productoras deberán sostener los niveles de actividad y/o producción registrados durante el 2019, "tomando en consideración la situación actual de contracción de la demanda local e internacional, tanto del petróleo crudo como de sus derivados, producto de los efectos de la pandemia de COVID-19", se explicó.
En ese sentido, el Gobierno hizo referencia a un "marco de consenso" entre el sector empresarial y los empleados para que, además de cumplir con el "sostenimiento de los contratos vigentes" con las empresas de servicios regionales, "deberán mantener la planta de trabajadores" que tenían al 31 de diciembre del año pasado.
Por otra parte, el Ministerio de Desarrollo Productivo controlará que las empresas cumplan con el Plan Anual de Inversiones que exige el Gobierno por decreto. Además, teniendo en cuenta la fuerte suba del contado con liquidación (CCL) en las últimas semanas y su indirecta presión sobre el precio del dólar, el Poder Ejecutivo puso como requisito para acceder al barril criollo "las productoras no accederán al mercado de cambios para la formación de activos externos ni adquirirán títulos valores en pesos para su posterior venta en moneda extranjera o transferencia de custodia al exterior".
En el artículo 3 el Gobierno estableció que las refinadoras y sujetos comercializadores "deberán adquirir el total de la demanda de petróleo crudo a las empresas productoras locales", y que "en el caso de las empresas integradas, de resultarles necesaria la compra de crudo por encima de su propia producción y de la de sus socios, efectuarán dichas compras con parámetros similares a los de 2019, contemplando la calidad de crudo que requieran los procesos de refinación en cada caso".
Tampoco podrán efectuar "operaciones de importación de productos que se encuentren disponibles para su venta en el mercado interno y/o respecto de los cuales exista capacidad efectiva de procesamiento local". Será la cartera que conduce Matías Kulfas la encargada de revisar el alcance de la medida, e incluso de modificar los precios del crudo trimestralmente. Mientras que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social deberá seguir la evolución del nivel de actividad, eficiencia y productividad laboral de la industria hidrocarburífera para constatar que se cumpla con el requisito de mantener las fuentes de trabajo y la eficiencia productiva.