Melanie Lucero tiene 24 años y fue repatriada desde Colombia, donde estaba en intercambio estudiantil. "A veces me dan ganas de caminar por las paredes", relata.
Aislamiento extremo: así es la vida en la habitación de un hotel de Mendoza
Ser repatriado del exterior en contexto de pandemia no debe ser para nada una situación sencilla de llevar. Repasemos: que explote un virus a nivel mundial, que la situación te agarre lejos de tu casa y que además altere los planes que tenías y que durante tanto tiempo habías gestado; el conflictivo regreso a casa, "peleando" por una respuesta oficial y luego esperando el turno para volver a estar cerca de los tuyos; y una vez conseguido eso, el trajín del traslado, primero en avión, luego en colectivo, con interminables horas en las rutas hasta finalmente llegar a destino.
Ojalá la experiencia traumática terminara ahí. Pero no. Todavía faltan 21 días de cuarentena absoluta, 14 en un hotel y 7 en tu domicilio, con horas que parecen no pasar. Ahora bien, ¿cómo es la sensación de estar encerrada dos semanas en la habitación de un hotel?
El testimonio de Melanie Aldana Lucero Comes nos puede acercar a conocer parte de dicho padecimiento.
Ver también: Regresarán 3 mil argentinos desde el exterior en la próxima semana
Ella tiene 24 años, estudia Profesorado de Educación Primaria en la UNCuyo y fue de intercambio estudiantil a Cali, Colombia, entre el 24 de enero y el 2 de mayo, día que logró volver a Mendoza. "Estoy en el hotel Esplendor del Arena Maipú. Llegamos el lunes a las 6 de la mañana, desde la terminal nos trasladaron en un micro, éramos unos 22 repatriados. Te preguntaban si querías habitación compartida o sola, en mi caso estoy sola en la habitación 220 del segundo piso y es literal que no podés salir ni al pasillo. La gente del hotel viene y te deja todo lo que es desayuno, almuerzo, mediatarde y cena en una mesita en la puerta. Al principio parecía que jugaban al ring raje porque tocaban la puerta de la habitación y casi que salían corriendo antes que uno la abriera", relata Melanie sobre sus primeras horas de cuarentena absoluta.
¿Cómo es el día a día sin poder salir de una habitación? Al tercer día de llegar nos dejaron los elementos sanitarios, una botella de detergente, elementos para limpiar el baño, una rejilla, una esponja y otras cosas para limpiar la habitación porque nadie entra a hacer el aseo, sino que lo tenés que hacer vos mismo. Además yo pedí que me trajeran una escoba, una palita, una mopa y un balde, entonces limpio todo". En ese contexto cuenta que "la comida me la da el hotel, pero entre medio de las comidas me da mucha ansiedad porque no me gusta estar sola y me da miedo. Así que es una tortura estar sola, por eso mi familia me trae algunas cosas para comer. A ellos los veía por la ventana, yo sacaba mi manito y los saludaba, ellos veían solo mi mano y hablábamos por teléfono. Dejaban las bolsas en recepción y de ahí me las subían a la habitación".
Ver también: Mendocina varada en Colombia: "Hay gente que no puede pagar para volver"
¿La estadía la pagás vos o se hace cargo el Estado? "Al octavo día nos dejaron por debajo de la puerta una declaración jurada en donde decía que Mendoza había decretado que toda persona que ingresara a la provincia debía someterse a un confinamiento obligatorio durante 14 días en un hotel, el cual en mi caso sale 2400 pesos más IVA por día, y te decían que lo tenías que pagar vos. En la parte de atrás hay un espacio donde ponés tu nombre y elegís las formas de pago. Hay otras opciones, como que vos te hacés cargo de una parte y el Estado de la otra, también podés decir que no tenés recursos para pagar y en ese caso el Estado analiza la situación para comprobar que sea así y hay otra cláusula en donde directamente uno se puede negar a pagar", afirma, y confiesa: "Todavía no sé qué va a pasar porque es muchísimo dinero y esa situación generó mucho enojo entre quienes llegamos y estamos acá".
"En ningún momento te avisan que vos tenés que pagar el hotel. Si bien es lo que se comenta, nadie te lo asegura, hasta que recibís el papel ese y es muy triste".
¿Cómo haces para "quemar" las horas? "En estos días para pasar el tiempo he estado mucho con el teléfono, Whatsapp, Instagram, Facebook, he visto algunas series (volví a ver Grey's Anatomy porque me calma en momentos de crisis), alguna que otra película, muchas veces prendía la tele solo para sentir ruido porque realmente no veía nada, he comido mucho también, he tenido clases de danza de manera virtual y eso me ha ayudado bastante, también he seguido con mis clases online de Colombia. He tenido videollamadas con mi familia, mis amigos, he jugado juegos online y todo eso también ha colaborado mucho. También ordeno y limpio mucho, y la verdad que no hay muchas otras cosas para hacer".
Ver también: Llegaron 243 argentinos que estaban varados en Italia
¿Has podido llevar bien la reclusión o te ha costado? "Personalmente la he pasado mal. La gente piensa que vas a disfrutar solo por estar en un hotel cinco estrellas, pero no es tan así. El aislamiento es feo, estar sola es feo, no me gusta, para mí no fue algo placentero. Sí he estado cómoda, eso no lo puedo negar, pero a veces siento que estoy a punto de caminar por las paredes. También hablé con amigas que son psicólogas, he manifestado mucho mis deseos de volverme a Colombia, he llorado mucho de la tristeza, del bajón de estar sola. Hay una ventanita muy pequeña donde ni siquiera entra mi cabeza, como para al menos tomar un poquito de aire. No ha sido nada lindo para mí estar encerrada en el hotel".
¿Para todos los que conocés ha sido tan difícil? "Conozco gente que está contenta en el hotel y que se lo ha pasado divino durante su cuarentena. No es mi caso, yo estoy acostumbrada a estar con mucha gente, vivo con cinco personas en mi casa y estoy todo el tiempo con gente. Venía extrañando a mi familia en Colombia y después de todo el viaje que hicimos por casi 60 horas, llegar derecho al confinamiento fue muy duro, al menos para mí, no fue nada lindo".
¿Qué vas a hacer cuando salgas? "Hay un decreto que cuando salga de acá debo seguir siete días más aislada en mi casa, así que estamos viendo departamentos porque en mi casa vive mi abuela que ya es mayor, mi hermanito de 11 años y además mis padres que tienen un minimarket, o sea que entran en contacto con los clientes y hay que ser responsables incluso aunque no esté contagiada".
¿Tenés alguna anécdota simpática o graciosa durante la cuarentena? "Sí. Yo charlaba con mis dos vecinas de la habitación de enfrente, que son dos mujeres mayores, de puerta a puerta. Era muy gracioso porque era todo mi contacto social casi en persona durante el confinamiento".