Estaba en su casa por la pandemia. Lo descubrieron por un video casero que compartió en WhatsApp, donde se lo veía con sombrero rojo y antifaz. Fue a dar a la cárcel de Campo Cacheuta.
Cuarentena: represor armó fiesta de disfraces en su prisión domiciliaria
Segundo Héctor Carabajal está condenado por delitos de lesa humanidad en la causa por apropiación de la nieta restituida Claudia Domínguez Castro. Gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria por la condición de pandemia que atravesamos todos en estos días. Se le había concedido esta condición de cumplimiento de la pena hasta que se verificó que en la casa donde se alojaba, se organizó una fiesta con otros familiares, que no convivían con él durante el encierro judicial y el aislamiento obligatorio para evitar la propagación del coronavirus.
El miércoles 13, el Tribunal Oral Federal N° 1 revocó la prisión domiciliaria, por hacer una celebración de disfraces mientras debía seguir con el arresto domiciliario. Por eso fue trasladado al complejo penitenciario federal N ° 6 de en el territorio lujanino cercano al Arroyo Las Avispas. Por no respetar las condiciones impuestas por el tribunal. La violación se detectó el 13 de abril cuando los agentes judiciales detectaron en un video casero en WhatsApp.
En esa filmación que llegó al teléfono de la víctima, se observa a Carabajal "en el inmueble en que se encuentra detenido, celebrando junto a su hijo y sus tres nietas", quienes viven en una casa que se encuentra arriba de la casa de Carabajal. "Una casa independiente, sin comunicación interna", detalla la letra judicial.
Al condenado se lo ve con un sombrero de color rojo y un antifaz colocados, ampliando la imagen están todos festejando con disfraces.
Esta descripción determinó el nuevo destino de Carabajal que es la Unidad Penitenciaria Federal en Campo Cacheuta.
El sentenciado es un ex agente de Inteligencia que entregó a la víctima siendo muy pequeña a quienes terminaron siendo sus apropiadores.
El caso
Fue el primer juicio por apropiación comenzó en octubre de 2018 y concluyó en marzo del año pasado e impuso diez años de prisión efectiva para este hombre integrante de las fuerzas armadas en la época de la dictadura cívico militar. Él entregó la niña a su cuñada y al marido de ésta. Y luego Carabajal fue el padrino de la bebé apropiada.
Con la sentencia, terminó la historia de casi cuarenta años de búsqueda de las abuelas de la víctima: la reconocida referente de Abuelas de Plaza de Mayo en Mendoza, María Assof de Domínguez, y Angelina Caterino.
Fue en 2015, cuando ambas mujeres -ya añosas- pudieron reconocer y abrazar a su nieta. El Banco de Datos Genéticos había confirmado que esta joven mujer recuperó su identidad usurpada y era la hija de Walter Domínguez y Gladys Castro, secuestrados en diciembre de 1977, cuando la mujer cursaba un embarazo de 6 meses.