Los grupos inversores estarían confeccionando una propuesta en la renegociación de la deuda. Nuestro país tiene tiempo hasta el 22 de mayo para cerrar el trato o pagar los US$ 500 millones de interés y seguir negociando para no caer en default.
Los tenedores de deuda le harían una contraoferta a la Argentina
Los grandes grupos de acreedores de la Argentina preparan una contraoferta formal para la reestructuración de la deuda por unos US$ 66.000 millones. El presidente Alberto Fernández los había desafiado a presentar una propuesta "razonable", cuando al país le quedan diez días para evitar el default.
"Si hay una contraoferta razonable, no tenemos empacho en analizarla, pero que la hagan", dijo este martes el presidente en una entrevista con Radio Rivadavia. En el mercado creen que la contraoferta llegaría entre este jueves y el viernes próximos.
Los acreedores tienen a su favor la baja aceptación que tuvo la primera propuesta de reestructuración, que habría sido del 20% según fuentes de la city porteña, aunque el Gobierno no dio el dato oficial. En el mercado creen que una vez que los grandes fondos de inversión hagan esa contraoferta, el Gobierno argentino presentaría una mejora en un intento por zanjar la disputa antes del 22 de mayo próximo, el nuevo límite puesto por la Argentina para negociar antes de caer en default.
El banco asesor Lazard y el estudio de abogados Cleary Steen Gottlieb & Hamilton (CGS&H), contratados por la Argentina, son los mediadores con los bonistas bajo la promesa de negociar de buena fe.
Ver: El FMI aseguró que apoya a la Argentina en la renegociación de la deuda
Los tres grupos conformados por Grupo Ad Hoc integrado por los inversores BlackRock, Templeton, Ashmore y Fidelity, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de titulares de Bonos del Canje, preparan la propuesta.
Los bonistas insistirían en la eliminación de la quita de capital propuesta por Guzmán y que llega al 5,4% del total adeudado, que no representa mucho en términos de pago, se especuló en el mercado.
Los otros puntos serían que la Argentina mejore la oferta de pago con capitalización de intereses durante el período de gracia que se bajaría a dos años, y realizar los primeros desembolsos en 2023.
Ver: El Presidente reiteró que está a favor de un "aporte" de las grandes fortunas
Los acreedores no quieren que el Gobierno impulse acuerdos parciales con bonistas más pequeños y reclaman que la jurisdicción por posible conflictos sea la justicia norteamericana.
Desde el Palacio de Hacienda extraoficialmente confirman que "hay negociaciones desde el domingo pasado" con el objetivo de "superar los desencuentros de la primera fase y lograr un acuerdo".
Los voceros sostienen que si bien el Gobierno argentino está presionado por las consecuencias de un default, los grandes grupos inversores enfrentan también la posibilidad de una crisis global de la deuda, originada por la pandemia, que pone en jaque todas las inversiones en juego.