Miles de ciudadanos salieron a sus ventanas a golpear cacerolas. Repudian la prisión domiciliaria de presos condenados que argumentaron temer a contagiarse coronavirus en la cárcel.
Fuerte cacerolazo en Mendoza y todo el país contra la salida de los presos
En todo el país, desde los balcones y ventanas, los ciudadanos hacen un fuerte cacerolazo en contra de los pedidos de prisión domiciliaria a los presos que están por cumplir condena y están en grupos de riesgo, en contexto de pandemia. En Mendoza también se hizo sentir la disconformidad con la slaida de presos, quienes lograron ese beneficio amparándose en estar en grupos de riesgo, porque les falta poco tiempo para cumplir la condena o están encerrados por delitos menores.
En momentos en que el gobierno nacional, puntualmente Alberto Fernández, gozaba de mayor popularidad por las decisiones tomadas para frenar el avance del coronavirus, se ensanchó la grieta en la sociedad y en la política. Las medidas tomadas por algunos jueces para excarcelar presos condenados cayó mal en amplios sectores de la Argentina. Aunque existan recomendaciones de organismos internacionales, se sepa que un caso de coronavirus en una cárcel contagiaría a toda la población del penal por el hacinamiento y luego estos reclusos ocuparían camas en el sistema de salud, millones de ciudadanos del país rechazan este beneficio.
Mendoza no fue una isla en el repudio a los jueces que beneficiaron a los presos. Y como en otras partes del país, las cacerolas sonaron fuerte porque creen que detrás de esta movida con los presos hay una decisión política del gobierno de Alberto Fernández.