Alberto Fernández descartó la conmutación de condenas y crece la tensión en algunos penales.
El Gobierno no avala reducir penas y podría complicarse la negociación
El presidente Alberto Fernández no está dispuesto a avalar la conmutación de penas o el indulto para los presos y esto haría que crezca la tensión en las cárceles argentinas. El beneficio formaba parte de uno de los petitorios que firmaron el viernes tras el motín en la cárcel de Devoto.
De este modo, el Gobierno busca dejar en claro una posición uniforme más allá de las diferencias que afloran dentro del Frente de Todos en la previa a la reunión que mantendrá la mesa chica este jueves en la capilla de la cárcel.
"Es conocida mi oposición a ejercer la facultad del indulto. Digo esto en momentos en que una campaña mediática se desata acusando al Gobierno que presido de querer favorecer la libertad de quienes han sido condenados", escribió Fernández en su cuenta de Twitter este miércoles para fijar una postura con respecto al tema.
"En Argentina la solución del problema está en manos de los tribunales. Son los jueces naturales quienes, de considerarlo necesario, disponen libertades", añadió en el mismo hilo. Además, manifestó que es la Justicia la que debe evaluar cada caso en particular: "Las cámaras de casación han hecho muy oportunas recomendaciones para hacer frente al problema".
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En este sentido, el mandatario decidió no hacer uso de la facultad que la Constitución Nacional le otorga al Poder Ejecutivo en el inciso 5 del artículo 99, que establece que: "Puede indultar o conmutar las penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, previo informe del tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por la Cámara de Diputados".
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