Desde el lunes pasado iniciaron una huelga de hambre para poder comunicarse con sus familiares. La situación fue controlada.
Revuelta en El Borbollón: las presas pidieron medidas contra el coronavirus
Un grupo de presas del penal de El Borbollón, en Mendoza, armó una revuelta ya que exigen medidas de higiene y seguridad, por temor al contagio de coronavirus.
Las internas iniciaron una huelga de hambre el lunes pasado para exigir comunicación con sus familiares, acceso a elementos de higiene, además de que regresen las actividades para ser evaluadas y así acceder al beneficio en el sistema de salidas controladas.
Fuentes del Servicio Penitenciario informaron al Post que en las últimas horas volvió la calma al penal. Las autoridades informaron que una vez retomado el orden y normalizada la situación, procedieron al ingreso del personal, cumpliendo todas las medidas de asepsia e higiene necesarias para constatar la gravedad de los daños producidos y trabajar en la conexión de la red de suministros. Es importante destacar que, ninguna persona privada de libertad, ni personal penitenciario resultó herida durante la situación producida.
En las últimas semanas hubo diversos motines, pedidos, huelga de hambre y revueltas, algunos pacíficos y otros con incidentes, de presos y presas en toda Argentina. Internos de Boulogne Sur Mer y San Felipe llegaron a coserse la boca. Este viernes, hay una motín en la cárcel federal de Villa Devoto, en la Ciudad de Buenos Aires, con once penitenciaros heridos. Hubo presos fallecidos en disturbios en Corrientes y en Florencia Varelas en los últimos días.
"Esta historia comienza hace mucho tiempo, digamos que ahora salió a la luz pero tiene una base", le comentó R. B. al POST, quien ahora cumple prisión domiciliaria y quien está en contacto permanente con las mujeres de El Borbollón.
Este viernes "comenzaron una protesta pacífica y sonora: golpear con un palo en las puertas que son de chapa y provocar ruido. Pero las reprimieron inmediatamente, llamaron a los grupos de choques masculinos de Boulogne Sur Mer. Llegaron en un micro y tiraron tiros. Hay chicas heridas. Entraron, las reprimieron, están separadas en grupos grandes en celdas. Hay unas quince chicas en cada sector agrupadas", contó.
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Sin embargo, contó que "esto comienza cuando, por el aislamiento social, se suspendieron las visitas. El Servicio Penitenciario no provee de ningún elemento de higiene y eso lo llevan las familias, siempre ha sido así. Además de yerba, azúcar y otras cosas. Se instrumentó el depósito: dejaban la mercadería que estaban destinada a cada una".
"El problema es que en general las visitas las hacen las madres, o las personas que están a cargo de los hijos y generalmente son mayores de 65 años. La primera regla que pusieron es que no podían ir los mayores. Si ya era todo malo, lo empeoraron. Es difícil que te visiten semanalmente por cuestiones de costo", agregó.
Paralelamente, en marzo se presentó un habeas corpus en Xumek solicitando que se mejoraran ciertas condiciones como el uso de celulares para garantizar el vínculo con las familias. "Lo permitieron parcialmente, pero no el uso de teléfonos con internet para abaratar los costos y así no pudieron ver a sus hijos por videollamadas", agregó.
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Las presas insistieron por el uso del teléfono y la respuesta fue no. "En todo momento la respuesta fue no, no y no. Hoy les dijeron que si continuaba la medida de huelga de hambre les iban a quitar los teléfonos que ya tenían", dijo.
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