La crisis energética agudizada por la emergencia sanitaria pega fuerte en las distribuidoras rurales. Reclaman "medidas de refinanciamiento provinciales que sean coherentes con las de la Nación".
Por la pandemia las pymes eléctricas eligen pagar sueldos y proveedores
"Las cooperativas eléctricas seguiremos dando el servicio esencial, pero daremos prioridad al pago de sueldos y proveedores locales dejando, para cuando la situación se acomode, el pago de los impuestos nacionales y la compra de la energía", dice el mendocino José Álvarez titular de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE).
En un comunicado oficial, el dirigente que lidera la Cooperativa Alto Verde y Algarrobo Grande de San Martín, evidencia los desajustes de las medidas provinciales con la política nacional en tiempo de coronavirus. Son desacoples que perjudican las finanzas de las pequeñas distribuidoras.
"La situación actual, pone al movimiento cooperativo eléctrico en una situación compleja", advierte por el contexto de pandemia que provocó la caída de la recaudación para todo el sector eléctrico. Aunque estas pymes ya sentían más que otras la crisis antes del ataque viral. Ya acusaban el atraso tarifario y y el no pago de los usuarios, que a la vez son socios de esas entidades cooperativas.
FACE está presente en 15 provincias por lo cual el problema se agrava explica Álvarez. "En la mayoría de las provincias hay entes reguladores que marcan sus propias reglas", subraya el cooperativista para presentar su queja como representante de las empresas que entregan el 17 por ciento en el territorio argentino.
Cuál es el problema
El punto en cuestión es que el gobierno nacional decidió financiar la energía eléctrica a los usuarios de menos recursos y la solución la canalizó a través de Cammesa, la empresa mayorista que vende la energía a las grandes distribuidoras del país. Se trata de una regulación de emergencia del Mercado Eléctrico Mayorista.
Este esquema de refinanciamiento se ideó desde los equipos técnicos del ministro nacional Matías Kulfas. Sobre este punto en FACE dicen que "el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación estuvo muy atento a estas circunstancias".
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El problema planteado por las pymes eléctricas es que no se ve ese mismo criterio en las órbitas provinciales por eso piden que en cada distrito y desde las carteras de producción o de acción social o el área oficial que le corresponda, se continúe "coherentemente esa medida económica de la Nación".
¿Por qué se señala esto con tanto énfasis desde la entidad que aglutina a las pequeñas y medianas empresas eléctricas? "Porque las cooperativas que compran su energía a las provincias y no al Mercado Eléctrico Mayorista no tienen la ?espalda económica' para solventar los planes de pago que imponen los estados provinciales y que debemos otorgar a nuestros socios", responde Álvarez en nombre de 260 entidades distribuidoras que se congregan en FACE.
Qué pasa en Mendoza
En el caso de Mendoza son siete pequeñas distribuidoras que le compran la electricidad a Edeste la empresa creada junto con Edemsa después de la privatización que se produjo por desguace de la empresa estatal Emse. Fue durante la gobernación Arturo Lafalla en 1998.
A partir de ese momento se conformó el armazón de lo que hoy es la factura eléctrica que los usuarios/socios deben abonar por el consumo energético. Este molde es general para la mayoría de las distribuidoras más pequeñas del país.
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"La factura de compra de energía eléctrica se compone con el costo de la energía efectivamente demandada, el VAD o sea el Valor Agregado de Distribución (que es lo que le queda a cada cooperativa para afrontar la operación y mantenimiento del servicio) y los impuestos nacionales, provinciales y en algunos casos hasta municipales" describe Álvarez.
Con esta forma de facturación el margen para financiar el servicio es escaso, señalan desde las cooperativas eléctricas. En los pueblos más alejados de los conglomerados es más fácil detectar a los usuarios que tienen posibilidad de pago y que buscan aprovecharse de esta situación de emergencia para "ganar tiempo" postergando el pago de sus propios costos y eso lo advierten todas las empresas de servicios.
Por eso Álvarez distingue de los llamados "vecinos" de los demás porque ya las empresas establecen los planes de pago con los usuarios domiciliarios que están acuciados por el aislamiento ahora pero antes ya sentían la crisis económica argentina.
"Muchas familias dependen de una cooperativa de servicios público, son nuestros vecinos y no los vamos a abandonar, haremos todo lo que esté a nuestro alcance para resguardar nuestra comunidad, nuestros asociados", proclama el dirigente eléctrico.