Los dueños y concesionarios de los complejos viven momentos críticos ante la suspensión de actividades. La situación en Mendoza y el sueño de volver.
Canchas de pádel y fútbol están en terapia intensiva por el coronavirus
El aislamiento social preventivo y obligatorio decretado por el presidente Alberto Fernández el pasado 19 de marzo con el fin de aplanar la curva de contagio del coronavirus Covid-19, frenó la actividad económica del país en muchos rubros que un mes después están en estado crítico. Uno de los sectores más afectados es el deportivo, y en actividades recreativas como el pádel y el fúbol las consecuencias se sufren: dueños y concesionarios de canchas que habitualmente administran con las recaudaciones diarias, están en estado de alerta y en una situación que cada día parece ser más negra.
Ambas actividades cuentan con aristas en común, tantas que incluso en ocasiones hasta comparten predios. En épocas difíciles, la crisis los encuentra parados en la misma vereda: alquileres que pagar, sueldos de empleados, impuestos, profesores que subarrendan los complejos para dar clases, venta de artículos y la cantina del lugar, un conglomerado comercial y muchos trabajadores dependiendo de esos ingresos.
El caso del fútbol es algo más complejo al ser un deporte de contacto, que involucra a más personas, será una de las últimas actividades en regresar a la normalidad, o en regresar, aunque sea con un protocolo sanitario obligatorio. El pádel, por su parte, pecha con fuerza pero organizadamente, incluso presentando un proyecto en el Congreso este miércoles.
La situación de las canchas de fútbol
"Yo hace 10 años soy el dueño y alquilamos el lugar . La verdad es que esto particularmente me arruinó. Los impuestos llegan igual y los tenemos que pagar. Y esto no sólo me afectó a mí, detrás mío hay mucha gente que se quedó sin trabajo: escuela de fútbol, clases, cantina, gente detrás de las canchas", explicó Facundo, quien regentea el predio El Ombú (foto portada), ubicado en la calle Remedios de Escalada, en el límite entre Guaymallén y Godoy Cruz.
La escena se repite en las decenas de canchas de la provincia con el mismo tenor, con situaciones un poco más o un poco menos críticas, pero todas en la misma dirección.
A pesar de esto, el concesionario afirma: "Es algo que no depende de nosotros, todo depende de la salud de la gente, me parecen bien las medidas. Entiendo que nosotros y actividades como los boliches, vamos a ser los últimos en volver, todo dependerá de una vacuna".
"No se sabe que va a pasar y cómo vamos a retomar cuando lo hagamos... es empezar de cero otra vez", concluye Facundo, añadiendo que el mes pasado tramitó un crédito del Estado, pero que aún no ha recibido información al respecto.
El pádel asoma la cabeza
Dueños y concesionarios de canchas de todo el país, se organizaron y crearon la Unión de Trabajadores y clubes de Pádel y en conjunto con un grupo de diputados elaboraron un proyecto para considerar a los clubes de pádel como instituciones sociales en emergencia. La iniciativa fue tratada este miércoles en el Congreso.
En Mendoza la situación es crítica y diferentes referentes del sector dan su puntos de vista. El histórico jugador Jaime Serrano, que concesiona las canchas de Terrazas, en el club Gimnasia y Esgrima, explicó al Post: "Yo pago un alquiler mensual, lamentablemente con todo esto estamos muy complicados. Tengo dos empleados y lo nuestro, nuestro rubro es al día y hace más de 40 días que no tenemos ingresos".
Por su parte Juan Turón, sanjuanino radicado en Mendoza, maneja las canchas del club Impsa y también la está pasando mal: "El sector está golpeado como la mayoría, y mas al no estar reconocido en su totalidad. Eso arrastra a quienes tienen canchas, a quienes dan clases, y hasta a quienes fabrican y comercializan productos y accesorios. Esto es un rubro en el cual en un altísimo porcentaje, los trabajadores son autónomos e independientes".
En las canchas "Los Duendes" trabaja Claudio Segura, otro referente de la escena local y uno de los organizadores del Circuito Mendocino. Él no sólo tiene las canchas, sino que también una tienda en la que vende artículos de pádel. El parate lo ha dejado en un momento crítico: "Es complicado, pago el alquiler y los impuestos de las canchas y del negocio. Llegué a un arreglo y me cobran el 50% del alquiler, pero si esto sigue así, se va a complicar".
El deseo y la esperanza de volver:
El panorama es oscuro, pero la posibilidad al menos parece tangible. "No es un deporte de contacto y puede aplicarse un protocolo seguro para retomar la actividad de una forma accesible", respondió al respecto Turón.
"Queremos ver si hay una posibilidad. En los supermercados y en lugares de pago, tenés mucha gente y en poca distancia, en el pádel la distancia es grande y es al aire libre. Eso se estaba tramitando para poder habilitar los clubes para poder trabajar normalmente, claro teniendo todos los recaudos de desinfección, de usar barbijos", agrega Serrano.
"No creo que vayan a levantar la restricción al pádel, no lo hicieron en ningún lugar del país, sería raro que se haga acá. Se que se han hecho algunas gestiones pero es difícil", sentenció por su parte un poco optimista -y quizá realista- Segura.
Lo cierto es que entre los dueños y concesionarios se habla de un protocolo sugerido para la actividad para su regreso:
-Que los jugadores lleguen solos.
-Que los jugadores se retiren inmediatamente después de terminado el turno.
-Sillas de descanso a dos metros de distancia.
-Turnos separados media hora. Desinfección durante ese periodo.
-Los jugadores deberán usar guantes de latex en su mano no frecuente.
-Desinfección de pelotas antes y después de jugar.
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