Mientras se discute si le dan prisión domiciliaria, el Post te cuenta la historia desconocida de este personaje.
Ricardo Jaime, el hombre que supo ser testaferro de Néstor Kirchner
Esta semana, la Justicia decidió negarle la prisión domiciliaria al exsecretario de Transporte Ricardo Jaime. Se trató de la discusión que alimentó la grieta argenta durante todo el fin de semana. Fue un culebrón encendido, básicamente porque no se trata de un funcionario más, sino de aquel que motorizó el mecanismo de "coimas" y "retornos" que permitió que ocurriera la Tragedia de Once, ocurrida en marzo de 2012.
No es todo: en estas horas enfrenta cinco investigaciones judiciales, una de ellas por enriquecimiento ilícito. Con un agravante: él mismo admitió que fue "coimero" en dos oportunidades, ante el fiscal Guillermo Marijuán a fines de septiembre de 2015, a efectos de conseguir una condena abreviada.
Allí mismo admitió haber recibido dádivas de dos empresas a las que debía controlar. Más aún: propuso devolver dos millones de pesos.
Ello lleva a preguntarse: ¿Por qué el kirchnerismo decidió sostenerlo a pesar de todas esas máculas? La respuesta es bien sencilla: entre otras cuestiones, Jaime ha sido el testaferro directo de Néstor Kirchner, confesado por media docena de exfuncionarios.
La trama y el revés
Ricardo Jaime es Néstor Kirchner. Así lo aseguran quienes lo conocen de cerca y lo han visto caminar los pasillos de la Casa Rosada, con la misma comodidad que muestra un pez cuando se encuentra en el agua.
Aún cuando ha debido ser eyectado de su cargo al frente de la Secretaría de Transporte de la Nación, por la acumulación de denuncias que venían pesando sobre su persona, el kirchnerismo jamás le ha quitado el voto de confianza que le puso desde un primer momento.
Eso explica por qué nadie opinó jamás sobre Jaime en el seno del kirchnerismo. Ni a favor, ni en contra: la orden siempre fue "no hablar" de él.
Lo que pocos saben es que cada día, a lo largo del tiempo que duró en su cargo al frente de la cartera de Transporte, Jaime recorrió los pocos metros que separan el edificio de la Secretaría de Transporte -en Hipólito Irigoyen 250- hasta la Casa Rosada. Siempre transportando un desvencijado maletín cuyo contenido es aún incierto. ¿Dinero, papeles? Hay infinidad de sospechas, pero ninguna certeza.
Ese es uno de los tantos secretos que han vuelto a Jaime el protegido más fuerte del expresidente.
De chofer a Secretario
Jaime asumió su cargo no bien Néstor Kirchner alcanzó la primera magistratura, en mayo de 2003. Desde el primer día que ocupó su enorme despacho, su gestión estuvo teñida de diversos escándalos, siempre relacionados con el manejo de la "caja" de los subsidios al transporte. Quienes conocen del tema, aseguran que esa Secretaría es la más "redituable" de todas a la hora de hacer negocios.
Jaime lo puede decir por motu proprio, ya que, cuando asumió su cargo no tenía dinero siquiera para comprarse un traje medianamente oneroso y llegó a manejar una fortuna personal que asciende a varios millones de dólares.
¿Cómo llegó este personaje a ser el hombre de la intimidad de los Kirchner? Principalmente, por haber sido su confidente personal. Por caso, cuando Néstor era gobernador de Santa Cruz, Jaime era el chofer que lo llevaba los días viernes de Río Gallegos a Caleta Olivia, sólo para jugar a la ruleta. Según el recuerdo de los más memoriosos, Néstor siempre jugaba al 29.
Pocos años más tarde, pasó a ser el hombre más influyente y protegido del ex mandatario. Tanto es así, que en el año 2004 un abogado llamado abogado Emilio Galende afirmó que estaría dispuesto a declarar ante un juez que detrás de la empresa pesquera Conarpesa estaba la figura de Jaime. Según el letrado, la tercera parte de las acciones de dicha firma pertenecerían al ex presidente Néstor Kirchner, "por intermedio de su testaferro Ricardo Jaime", a través de un documento rubricado ante el escribano Ángel Alfredo Bustos.
Será el ex vicegobernador santacruceño Eduardo Arnold, quien dará la definición más certera acerca del súper ex Secretario: "Se hizo conocido por pedirle coima a una empresa".
Posteriormente, en el marco del expediente Southern Winds, donde se investiga la participación del Estado argentino en el envío de cocaína a España durante el año 2004, Jaime aparecerá en boca de uno de los más importantes imputados, Walter Beltrame, como el "mandamás" de esa empresa.
Sin embargo, la mayor protección hacia la figura de Jaime gravita por otra cuestión: fue el que se ocupó a tiempo completo de cuidar a Mariano Perrone, el hijo no reconocido de Néstor Kirchner.
Pero esa... es otra historia.