Conocé la historia de la futbolista de Vélez que fue Miss Argentina. Su recorrido, su proyecto social y sus sueños, en un imperdible mano a mano con el POST.
Entrevista a Sasha Gigliani, la mujer que cambió la corona por la pelota
Sasha Gigliani ha forjado en sus 26 años de vida una personalidad firme, fuerte. Camina por el mundo decidida a dejar una marca. Lo está logrando y, sin ningún tipo de dudas, lo seguirá haciendo. Esas cualidades son fáciles de percibir en su voz, en cada palabra que pronuncia, en cada idea que vuelca con notable claridad, incluso a la distancia. Mi primera sensación al desgrabar los audios fue "esta mujer la tiene clara". Pero muy clara.
Desde Buenos Aires, confinada al aislamiento obligatorio, la futbolista de Vélez Sarsfield que el año pasado trascendió porque fue Miss Argentina y compitió a nivel internacional atendió al POST. A continuación, entonces, bucearemos en su vida. Conoceremos sus pasiones de tal forma que las sentiremos como propias. Sabremos con detalle sus proyectos, sus ambiciones.
Y fundamentalmente recorreremos en su testimonio el largo camino que atravesó para llegar a ser lo que es hoy y, sobre todo, lo que pretende ser mañana.
Pero primero lo primero: la cuarentena. "La vengo llevando bien. Se me ha hecho mucho más leve de lo que pensé. Entreno dos veces al día y después paso el tiempo mirando series, aunque también aprovecho para dedicarme tiempo a mí", nos relata Sasha, quien agrega: "Es importante tener conciencia social porque mientras mejor hagamos las cosas y más responsables seamos, confiando en que el otro también haga lo correcto, va a pasar todo más rápido".
Entrenar en aislamiento
"Entreno muchísimo y de esta manera también se me hace más llevadero. No hay que regalar ni un minuto, todos los días se suma algo y hay que estar preparado para lo que viene después. Me pongo metas y objetivos, más que todo por la disciplina que amo y a la cual me quiero dedicar. Por suerte tengo un patiecito chiquitito en el fondo de mi casa, aunque no es lo mismo que correr y entrenar en una cancha. Para nada", nos cuenta.
Sasha Gigliani nació en Saladillo, provincia de Buenos Aires, el 26 de septiembre de 1993. No se demoró mucho en reconocer en una pelota rodando la pasión que marcaría su recorrido. A medida que fue creciendo y desarrollando su potencial, las dudas fueron desapareciendo: el fútbol sería su estilo de vida.
Sasha es muy activa en Instagram. Allí muestra su estilo de vida y refleja muchos momentos cotidianos. Buscala como @SashaGigliani.
La mente se puede engañar durante la cuarentena, pero tarde o temprano la ficha cae. "Extraño pensar que voy a estar en el club. Amo el momento en el que entro al club, que toco la pelota, el césped, que me tiro en el sintético, que compito sanamente con mis compañeras, que crezco, que comparto esos momentos con ellas. Amo ir pensando en el partido del fin de semana. Son sensaciones gloriosas y extraño todo", confiesa.
Vamos las "piVas"
Sasha Gigliani juega en Vélez Sarsfield. Es delantera y carga con la nueve en la espalda, ese número que obliga a hacer goles. Actualmente la pelea para ser parte del plantel de Primera de AFA. "Para mí Vélez es una oportunidad donde yo siento que puedo cumplir mis sueños", cuenta con una seguridad que abre puertas.
El Fortín es su segunda casa y las palabras casi que salen solas de su boca. "Vélez es una familia, es el club que me abrió las puertas, que me ayudó a demostrar que se puede romper con los estereotipos. Es un apoyo, un lugar donde encuentro amigos, donde encuentro confianza y también adversidades. Si para mí el fútbol es un estilo de vida, imaginate lo que es Vélez. Es la vida que voy llevando día a día", completa, y concluye con una reflexión potente: "En Vélez me encontré y encontré un lugar donde crecer".
Entre la pelota, los vestidos y el taco aguja
A medida que Sasha fue creciendo se encontró con una actividad paralela que con el paso del tiempo fue desarrollando de manera más "profesional". Las cámaras la buscaban y ella resultó sentirse muy cómoda frente a los flashes. Así, casi sin querer, comenzó haciendo fotos para campañas de moda y, más adelante, representando al país en certámenes internacionales.
Si bien ya venía pisando fuerte y trascendiendo, su salto a la popularidad lo terminó de dar el año pasado cuando fue Miss Argentina. Esa fue la oportunidad perfecta para viajar por el mundo con su proyecto social. "Es un proyecto que quiero que alguna vez se haga ley, como lo es en Estados Unidos, o como lo hace Estudiantes de La Plata, que tiene que ver con la educación, con la igualdad de género, con la inclusión, con un montón de aspectos relacionados a lo femenino y masculino en cuanto al deporte, para llevarlo más delante de la mano de la educación y la disciplina", detalla.
¿La cancha o la pasarela?
Sasha tiene sus metas muy definidas y no se deja encandilar por los flashes de las cámaras. Si bien el taco aguja puede sonar glamoroso, su pasión está en el césped. En entrar al vestuario, ponerse los cortos, atarse los botines y salir a comerse la cancha. "La realidad es que primero está el fútbol y lo que sobra de tiempo se lo dedico al modelaje. De hecho hoy en día no estoy trabajando porque me estoy dedicando cien por ciento al fútbol ya que quiero vivir de esto y amo esto".
"Si tengo que elegir entre fútbol y modelaje elijo fútbol toda la vida. En un día que es 100%, hay un 98% dedicado al fútbol".
No obstante la futbolista reniega de la palabra "modelaje", y con argumentos convincentes. "Esa es otra de las cosas que está estigmatizada, porque a mí me ponen la palabra 'modelo' porque soy mujer, pero a los hombres no se la ponen. Yo juego al fútbol y me dedico completamente al fútbol, después de eso me llaman y me preguntan si estoy disponible para una publicidad o para un desfile, pero simplemente es un nexo. Cuando a un jugador lo llaman y le ofrecen hacer la campaña de alguna marca de perfumes, por ejemplo, es lo mismo, pero ellos no se convierten en 'modelos' por hacer eso. Es exactamente igual para mí", explica.
Además aclara que "amo las dos facetas y me desenvuelvo muy bien en ambas", pero ratifica que el fútbol es su estilo de vida: "Dejé la carrera de diseñadora gráfica para estudiar dirección técnica con César Menotti", narra.
Brilla con luz propia
Sasha Gigliani estudió técnica en comunicación multimedial. Cuando no practica fútbol, consume fútbol. Además es panelista en un programa de TyC Sports. El año pasado fue invitada cuánto programa de televisión y radio existiese, su experiencia como Miss Argentina fue contada por todos los portales del país y hasta se sentó en la mesa de Mirtha. Representó a nuestro país en varios concursos de belleza y talento, pero su sueño es hacerlo con la camiseta de la Selección.
"Me considero una referente, sé que lo soy. Creo que todo esto es por mi recorrido, la gente conoció mi historia y mis valores, son cosas que quiero dejar no sólo por mí si no por el futuro de las mujeres más jóvenes que nos siguen, la siguiente generación", sostiene.
Mete segunda y revela una experiencia que la marcó: "A todas les digo que rompan barreras, que sigan adelante, que no las estigmaticen, que no las tomen de estereotipo. Yo lo sufrí de los dos lados. Cuando estaba en el club y al mismo tiempo competía para Miss Mundo nadie sabía que era modelo. De repente se enteraron y fue todo un tema. Muchas personas no lo tomaron con la seriedad correspondiente en un momento donde yo estaba peleando mi titularidad en Vélez para la Primera de AFA. Eso me dio una condición que no quería, porque yo seguía entrenando de la misma manera, seguía siendo lo misma. Y lo mismo al revés, cuando estaba en el modelaje me decían que cómo iba a ser jugadora de fútbol, que mis piernas, que esto, que lo otro. Siempre me juzgaban un rato antes de escuchar la historia completa, de conocerme, entonces hay que ser muy fuerte, saber taparse los oídos y seguir yendo para adelante, no perder la meta de vista".
"Llevo las dos cosas bien de la mano, porque el modelaje es algo que le saca brillo al resto y que me gusta hacer como a cualquier mujer, mimarse, estar linda y cada tanto sacarme unas fotos, pero no más que eso".
¿Cuáles fueron sus claves para no claudicar e ir asomando la cabeza cada vez un poquito más? "Remarla, confiar mucho en uno mismo y en los objetivos, porque si vos dudás, el resto también va a dudar. Es importante inculcar esos valores, romper con los paradigmas y meterle para adelante". Clarito, ¿no?
El futuro entre ceja y ceja
Hoy el mundo está detenido por el coronavirus, pero mañana la pelota volverá a rodar y los sueños de las personas comenzarán a marchar nuevamente. "Quiero volver a ser parte del plantel de Primera de AFA en Vélez, para eso me estoy preparando. El año pasado venía muy bien y se me complicó cuando todos se enteraron que yo era Miss, me jugó un poco en contra y perdí la oportunidad. Quiero jugar con la camiseta que amo en Primera y para eso debo esperar hasta junio, ser paciente y competir para conseguir un lugar", destaca sobre su objetivo a corto plazo.
"Me estoy formando con mucha dedicación, mucha constancia. Estoy abocada al cien y creo que todo tiene su fruto".
Más allá del futuro próximo aparecen ambiciones concretas. "Quiero tener continuidad en Vélez y a partir de ahí jugar afuera. Por suerte tengo varias propuestas. Quiero vivir de esto por un tiempo y después poder dedicarme a ser directora técnica. Me encantaría ser quien abra el camino para dirigir a un equipo tanto masculino como femenino y que sea mi trabajo", devela.
Respecto al modelaje asegura que "todo lo que salga a la par del fútbol será bienvenido siempre y cuando no obstruya para nada mi carrera futbolística", pero a la vez aclara que "todo lo que desvíe mi objetivo lo dejaré".
"Aferrarse a los sueños"
Va llegando el final de esta historia digna de ser contada, y como toda conclusión, hay un mensaje. Hay millones de mujeres y hombres peléandola ahí afuera, tragándose paredes, sorteando obstáculos para alcanzar sus metas. Pero casi ninguno tiene un micrófono o un diario a su disposición. Sasha Gigliani sí.
"Hay que saber hablar en el momento justo con las palabras justas y otras ocasiones hay que simplemente saber callar. Pero que no callen tus sueños. Cuando uno tiene un objetivo hay que ir directo a él. Muchas personas te van a negar, te van a poner una piedra en el camino, pero lo importante en ese momento es saber superar esa piedrita, hacer oídos sordos y seguir con la meta fija, siempre por lo sano. Estar convencidas de sus sueños y aferrarse a ellos", asegura.
Y prosigue: "Es muy importante confiar en tu potencial, en tu sacrificio. Es fundamental dejar todo y tener la conciencia limpia, porque si no lo hacés no podés reclamar después. Esto es un camino que solo uno puede recorrer, nadie lo va a hacer por nosotros, entonces hay que dar pelea hasta el final y cuando llegue el final seguir empujando".
"A todas les digo que tengan fe y no suelten sus sueños porque la felicidad no se compra, la hace uno".
Blandiendo el bastión del esfuerzo y el compromiso, decidida a dejar un legado, concluye: "La única manera de ser feliz es sabiendo que dejaste todo por tu sueño. Aunque suene muy Disney es la realidad. A veces vas a llorar, a veces vas a sentir felicidad, a veces te vas a ilusionar y vas a caer, pero vas a tener que volver a intentarlo. Lo de la tercera es la vencida es mentira, muchas veces puede que pase más de tres veces, muchas veces estás casi todo una vida pero cuando llega es increíble".
Fotos: Instagram Sasha Gigliani