Entre ellos está un grupo de estudiantes de la UNCuyo. La mayoría salió antes de que se declarara la pandemia.
El drama de 400 argentinos varados en Madrid
Un grupo de 400 argentinos, entre los que se encuentran estudiantes de medicina de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), le solicitan al Gobierno nacional la posibilidad de regresar al país. El grupo se encuentra varado en Madrid, una de las ciudades más afectadas por la pandemia en todo el mundo. Afirman que partieron del país antes de que se desatara la crisis sanitaria en el país.
Con la intención de que Alberto Fernández le "abra las puertas" de la Argentina, el conjunto de varados afirma que reclaman hace 16 días la posibilidad de ser repatriados y que no han obtenido respuestas por parte del Consulado en España. También aseguran que ninguno de los que se encuentra en esta situación presenta síntomas de Covid-19 y que no "representan una amenaza" para el sistema de salud pública del país.
Por otro lado, manifestaron que están de acuerdo con las medidas lanzadas por el Gobierno nacional, sin embargo, entienden que esas decisiones han dejado afuera a muchos argentinos que hasta el día de hoy intentan volver. La situación es crítica: "El dinero y los medicamentos se han agotado para muchos", señalan en una carta que escribieron este último sábado y en donde extienden el petitorio a toda la sociedad argentina.
La misiva completa
Estimados compatriotas:
Somos un grupo de argentinos autoconvocados con el fin de organizar a los cientos de argentinos que a día de hoy, 4 de abril de 2020, se encuentran en la capital del Reino de España, Madrid.
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Tras una ardua tarea (de la cual no somos responsables), hemos logrado contabilizar alrededor de 400 ciudadanos argentinos que quedaron varados en esta ciudad una vez decretado el cierre de fronteras el pasado 12 de marzo (DNU 260-20).
Mediante la presente queremos hacerles saber:
"La mayoría de los que nos encontramos hoy en Madrid viajamos antes de que la pandemia fuera declarada como tal el 10 de marzo por la OMS. En el momento de nuestra partida, no había a nivel nacional ningún tipo de restricción jurídica, moral, sanitaria o de ninguna otra índole que invalidara nuestra salida del país. No estamos infectados, ni presentamos en estos momentos síntomas compatibles con el COVID-19. Pedimos encarecidamente que tanto la opinión pública, como la sociedad civil, dejen de pensarnos como parte del problema. No lo somos.
"Estamos a disposición absoluta de las autoridades sanitarias para que sean ellas quienes decidan cómo proceder con nosotros al arribar al país. No somos, como quieren hacer creer, un riesgo para la salud pública. Entendemos que esta emergencia sanitaria es una situación sin precedentes que atraviesa el país y el mundo en general, por eso apoyamos las medidas que el Estado argentino ha dispuesto dentro del territorio nacional para cuidar y proteger la salud de todos sus integrantes. Sin embargo, algunos ciudadanos hemos sido excluidos de este cuidado y protección. Y, por el contrario, hemos sido dejados a nuestra suerte en un país donde la pandemia está descontrolada.
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"Cada día que permanecemos aquí es un día más que nuestra integridad física, mental y emocional corre peligro. Entre nosotros, hay personas que, por edad y/o cuadro clínico, se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad y deben retornar al país con suma urgencia (entre otras cosas, ya que en Madrid se aplica la asistencia selectiva). Otros, prácticamente hemos agotado los medios económicos que nos permiten subsistir: no tenemos dónde dormir o qué comer. La mayoría de los que han solicitado asistencia al Estado mediante el consulado y la embajada no la han recibido. Consideramos que, en caso de ver perjudicada nuestra integridad, el Estado argentino fue, es y será responsable de aquél daño.
"Por su parte, la Embajada (sin embajador) y el consulado no dan instrucciones claras sobre cómo procederán, ni sobre qué nos cabe esperar de ellos. Tampoco dan respuestas reales a nuestra situación. La información es confusa y a veces hasta contradictoria. Necesitamos contención institucional y asistencia en todos los órdenes por parte del Estado del cual nosotros, al igual que ustedes, formamos parte. No buscamos que nadie nos regale nada. Todos hemos comprado varios pasajes aéreos que sistemáticamente son cancelados porque el Estado prohíbe su aterrizaje en Ezeiza. La repatriación no existe.
"No pueden ignorarnos. Es nuestro derecho poder regresar al país. Así lo establece nuestra Constitución (Art. 14). Un DNU no puede alterar nuestros principios y garantías constitucionales (Art. 28). No somos un enemigo en contra de la salud pública. No somos una amenaza. Nosotros también estamos en riesgo. Por favor, sólo queremos volver a casa.