El cementerio más grande de latinoamérica aumentó un 30 por ciento los entierros desde que comenzó la pandemia.
Sepultureros aceleraron las excavaciones en Brasil
Los sepultureros del cementerio más grande de América Latina debieron acelerar las tareas por un aumento del 30% de los entierros diarios en el estado de San Pablo.
Entre las medidas para apalear la crisis en las tareas del cementerio, la alcaldía de San Pablo, que compra semestralmente 6 mil féretros para su red de servicios funerarios, solicitó en marzo otros 8 mil.
Incluso un decreto federal autorizó a enterrar cuerpos que no tengan acta de defunción en casos excepcionales para no desbordar los servicios funerarios. Los cuerpos de quienes murieron a causa del virus son guardados en una bolsa de plástico en los hospitales como medida preventiva.
El gobierno de Brasil informó este jueves que ya registra 299 muertos por coronavirus y 7.910 infectados en todo el país, y destacó que solo en las últimas 24 horas hubo 58 fallecidos, estableciendo un nuevo record diario.
"Aquí enterramos unas 45 personas por día, pero en la última semana son de 12 a 15 más. Es mucho peor de lo que vemos en las noticias, esto es grave", dijo un sepulturero que, en un lote del Vila Formosa I, cavaba fosas en fila para ser utilizadas al día siguiente.
Previendo el aumento de la demanda, la alcaldía contrató una empresa para reforzar con 220 empleados temporales los 22 cementerios de la red municipal, que se vio obligada a recortar en un 60 por ciento su plantilla de 257 sepultureros por pertenecer a grupos de riesgo.
Se estima que en los 750 mil metros cuadrados del cementerio Vila Formosa I, en la periferia de San Pablo, reposan los restos de un millón y medio de personas. La tarde del 31 de marzo, los cajones se sucedían con tanta rapidez que los sepultureros tuvieron que pedir unos minutos para terminar con un entierro antes de empezar con el siguiente.