Luego de la decisión de Techint de echar a 1.450 empleados, Alberto Fernández calificó de "miserables" a los empresarios que despiden. El caso de Cristina en 2015 y la "coima" de Néstor Kirchner.
El kirchnerismo versus Techint, una remake incómoda para todos
Anoche, en medio del anuncio de la extensión de la cuarentena hasta después de Semana Santa, Alberto Fernández sorprendió a propios y ajenos al tildar de "miserables" a los empresarios que despiden personal en medio de la pandemia del coronavirus.
"Algunos miserables olvidan a quienes trabajan para ellos y en la crisis los despiden", denunció textualmente el presidente de la Nación.
Para dejar claro el punto en cuestión, puntualizó: "A esos miserables les habló el papa Francisco y ahora les digo yo que no dejaré que lo hagan. Cómo dije en el G20, nadie se salva solo".
Si bien no personalizó sus críticas en empresa alguna, la dura reacción del Presidente se produjo dos días después de que una de las principales compañías de la Argentina, Techint, anunció que este lunes despedirá a 1.450 operarios de su empresa constructora.
Ello recordó la vieja épica del kirchnerismo, aquella que instalaron Néstor y Cristina en los albores de su llegada al poder, en 2003. Fue un relato que duró muchos años, incluso hasta la finalización de los 12 años del kirchnerato.
Baste recordar acaso que en febrero de 2015 la hoy vicepresidenta fustigó justamente a Techint de operar en contra del acuerdo con China: "Representantes de la empresa se ponen en contra. Está para decirle a los chinos: 'no le presten nada'. Uno siente que está arando en el mar".
Acto seguido, hizo una durísima acusación: "Qué no nos tomen de tontos si se preocupan por mano de obra barata, si todo el tiempo están pidiendo devaluación para producir más barato".
Más allá de la anécdota y el recuerdo, alguien debería recordarle a Alberto que Techint es una piedra en el zapato del kirchnerato.
Es que, luego de que la firma apareció en los cuadernos de la corrupción del chofer Oscar Centeno, un arrepentido reveló a revista Noticias que los K cobraron una coima de 300 millones de dólares en el marco de la estatización de la firma Sidor en Venezuela.
"Techint había pedido cotizar la empresa y valía 1.500 millones, no llegaba a 1.600 millones. Pero terminó cobrando 1.970 millones. De la diferencia, 300 millones fueron de coima para los K. Lo negoció Betnaza y lo pagó Zabaleta. El que paga nunca es el que negocia", dijo el entrevistado en cuestión.
Refería a lo sucedido en el año 2008, cuando Hugo Chávez amenazaba con que iba a expropiar Sidor, la siderúrgica venezolana de Ternium, una de las principales compañías de Techint.
Lo antedicho explicaría -al menos en parte- el incremento injustificado de la fortuna de los Kirchner, que creció 3.540% en apenas 8 años.
Cuando se lo preguntaron a Cristina en 2012, en plena Universidad de Harvard, dijo que había amasado ese dinero ejerciendo como "abogada exitosa". Es curioso, porque no existe un solo escrito firmado por ella como letrada, ni tampoco nadie que recuerde haberla contratado como tal para que llevara litigio alguno.
Menos aún hay registro de que se haya anotado alguna vez en algún Colegio Público de abogados de algún lugar del país. Pero nadie reparó en ello.
Por eso, cuando Alberto sugiere que los que más tienen deben hacer el esfuerzo y ayudar a los que menos ostentan, no estaría nada mal que su mirada se dirigiera a la calle Juncal 2166.
Para el menos avispado, se trata del domicilio de Cristina Kirchner, su vicepresidenta.