La actividad está detenida desde hace un mes y parece que el fútbol no va a regresar en el corto plazo. Las alternativas son extremas, pero parecen inevitables.
El preocupante panorama de los clubes más afectados por el coronavirus
La pandemia de coronavirus en todo el planeta no sólo nos tiene acuartelados en nuestras casas desde el viernes a causa del lógico y responsable aislamiento preventivo obligatorio, sino que además está sumergiendo al mundo en una recesión económica cuya magnitud no se veía desde 1930, según analistas de Wall Street.
Esta situación también ha calado hondo en el fútbol generando un escenario desolador cuyo futuro cercano presenta más preguntas que respuestas. Si bien hay muchos clubes (los más poderosos del mundo y los de ligas superiores) que tienen un colchón suficiente para sobrevivir al parate sin mayores consecuencias, la mayoría de las instituciones la están pasando mal y la van a pasar peor en los próximos meses.
Es que la actividad está lejos de retomar. El escenario más optimista en el fútbol argentino es que la pelota vuelva a rodar para finales de abril o principios de mayo, fecha para la cual supuestamente el pico de coronavirus va a estar regodeando de salud por estos pagos.
Lo más realista, entonces, sería pensar en que todo volverá más o menos a la normalidad en agosto con la temporada que viene, y que los actuales torneos quedarán suspendidos con las cosas como estaban.
Salvo la televisión, en casos excepcionales, los clubes no tienen ingresos: auspiciantes oficiales y privados, recaudaciones y cuotas societarias.
Por un lado esa situación representa la solución deportiva a la cuestión. Todos los caminos llevan a que en las categorías inferiores ascenderán los que ocupen los primeros puestos al momento de la detención de los torneos, mientras que en la Copa de la Superliga no habrá campeón y además se anularán los descensos en todas las divisionales.
Hasta ahí bien, lógico. Pero, ¿qué pasará con los clubes de la Primera Nacional hacia abajo que no tienen ingresos desde finales de febrero? Ya todas las instituciones están cerradas y trabajan con el mínimo personal indispensable. Pero aún tienen planteles con contratos que cumplir. Un promedio aproximadamente de 25 jugadores que mantener y que deberían (así en potencial) seguir cobrando un sueldo. ¿Hasta cuándo?
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Acá vienen más preguntas y el panorama es mucho más complicado de analizar y prever. Supuestamente para la Primera Nacional, la Primera B y el Federal A la televisión va a aportar hasta abril inclusive. Si eso se concreta, en principio se podría afrontar parte de los sueldos de marzo, incluso sin jugar. No obstante, a partir de ahí el horizonte se oscurece. Ni hablar de las otras categorías (Regional Federal Amateur, Primera C y D): allí directamente el futuro es angustiante y desesperante.
* El entrenamiento de la Lepra en tiempos de cuarentena
La realidad es que la incertidumbre es absoluta. Nadie imaginó este escenario y nadie lo tenía previsto. No hay plan b, ni plan c. Concretamente, los dirigentes y los jugadores están aguardando la evolución de la situación y las órdenes del Gobierno de la Nación para saber los pasos a seguir. Quedan algunos optimistas, pero la mayoría ya está cayendo en el realismo. Y como toda verdad, duele.