El paquete anunciado incluye medidas para proteger la producción y el empleo.
500.000 millones de pesos para que el coronavirus no se lleve puesto al país
El Gobierno salió a poner toda la carne al asador para tratar de atenuar el temible impacto del coronavirus sobre la actividad económica, al lanzar medidas que implicarán el desembolso de más de $ 500.000 millones destinados a obra pública, créditos para la producción y subsidios extra para beneficiarios de la AUH y jubilados que cobran la mínima.
Especialistas consultados consideran en general acertada la jugada en un momento dramático para la economía mundial, teniendo en cuenta que Donald Trump tomó un camino similar y prepara un plan de alivio fiscal por US$ 800.000 millones, tras admitir por primera vez que Estados Unidos podría caer en recesión.
La jugada a todo o nada lanzada por Alberto Fernández obligará a una fuerte emisión monetaria por parte del Banco Central, que originará presiones adicionales sobres la inflación.
Ese riesgo el Gobierno espera subsanarlo con controles de una rigurosidad nunca vista hasta ahora en la Argentina, prometen desde el oficialismo.
Para garantizar los precios y el abastecimiento, el Gobierno convocó también a los industriales de la UIA y a la COPAL, la cámara de las alimenticias, decisivas para que este plan no se desmadre.
Allí se aglutinan gran parte de los formadores de precios, cuyo comportamiento será crucial para el éxito de este megaplan.
El paquete anunciado incluye medidas para proteger la producción y el empleo, garantizar el abastecimiento en sectores esenciales y controlar abusos de precios.
"Vamos a garantizar el abastecimiento y quienes forman precios no se aprovechen de la situación", prometió el ministro Martín Guzmán. Ver para creer.
"El objetivo fundamental es que los productos mantengan sus precios", dijo Kulfas.
Será gran responsabilidad de su cartera que eso ocurra, ya que por ahora, brillan por su ausencia productos como el alcohol en gel, toallas antibacteriales con alcohol, lavandina y sus derivados, y barbijos, que deben utilizar únicamente quienes padecen la enfermedad o sospechan estar infectados, y quienes constituyen grupos en riesgo.
"La industria tiene capacidad ociosa. Puede producir más. Es perfectamente factible abastecer este aumento de demanda", dijo Kulfas. Otra vez ver para creer.
El Gobierno deberá intentar cumplir con las medidas anunciadas sin descuidar un frente que por ahora parece haber pasado a segundo plano: la renegociación de una multimillonaria deuda con fondos de inversión que no se la harán fácil a la Argentina.
(*) NA, Especial para Mendoza Post