Aunque el presidente de Estados Unidos asegura que no habrá crisis económica en su país, la Administración prevé un ajuste dle gasto público y bajar impuestos al trabajo
Trump planea bajar impuestos y tasas para atajar la recesión
"Estamos muy lejos de una recesión", aseguró ayer el presidente estadounidense Donald Trump. Además, adelantó que su Gobierno estudia proponer al Congreso diferentes medidas de estímulo con el fin de sostener el crecimiento.
Aunque desde el despacho oval de la Casa Blanca niegan que la recesión global que se avecina por la crisis que el coronavirus provocó en China (sumado a las tensiones entre ambos países), desde hace un tiempo, los asesores del gobierno preparan una serie de medidas para atajar las consecuencias.
La primera medida es un recorte temporal de las retenciones sociales (impuestos destinados a la Seguridad Social y el programa Medicare), una medida similar a la que Barack Obama lanzó durante la anterior recesión, en el 2011, para estimular el consumo. "Llevo mucho tiempo pensando en los impuestos sobre el salario. A mucha gente le gustaría", admitió en una comparecencia en el despacho oval junto al presidente de Rumania, desmintiendo así a sus propios portavoces, que llevaban dos días calificando de noticias falsas estas informaciones.
Discusiones internas
El presidente también citó otro posible recorte de impuestos, los que gravan las ganancias por la compra de acciones, al ajustarlas a la inflación. "Podría hacerlo directamente", en lugar de pasando por el Congreso, apuntó Trump, consciente de las dificultades que podría enfrentarse para defender una medida que favorecería especialmente a los estadounidenses más ricos.
Los demócratas han advertido en el pasado contra esta maniobra, que consideran ilegal y no creen que vaya a ayudar al crecimiento.
"Llevo mucho tiempo pensando en todo esto. Lo hagamos o no, no sería porque temamos una recesión", insistió el presidente.
Este sería el segundo recorte de impuestos aprobado por la actual Administración, ahora que diferentes economistas advierten que los efectos del primero están siendo devorados por las consecuencias de la guerra comercial con China.
Trump sugirió que no piensa tomar ninguna decisión a corto plazo y pasó la responsabilidad a la Reserva Federal, a la que exigió un recorte de un punto de las tasas de interés y una vuelta a las políticas de estímulo monetario. "Si la Fed hiciera su trabajo, veríamos un enorme repunte del crecimiento", insistió.
Usa vs China
En una conferencia de prensa, Trump defendió su guerra comercial con China. "Alguien tenía que hacerlo", recalcó.
El presidente se reafirmó en su cálculo: los aranceles están haciendo daño sobre todo a China y han puesto a Estados Unidos en una buena posición negociadora, la economía china se enfrenta a su mayor crisis en décadas y Pekín necesita desesperadamente llegar a un acuerdo, pero debe ser uno bueno para EE.UU.
Achicar el gasto
En paralelo, la Casa Blanca estudia recortar en 4.300 millones de dólares el presupuesto del Departamento de Estado y la agencia de Ayuda al Desarrollo Internacional estadounidense (US AID) aprovechando un proceso administrativo interno.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, ha desaconsejado el tijeretazo equivalente al 1% del presupuesto federal, que afectaría a proyectos de lucha contra la pobreza y son, alega, una inversión en seguridad a largo plazo. El jefe de gabinete de Trump, Mick Mulvaney, en cambio, le anima a seguir adelante, a pesar de que abriría un nuevo frente con el Congreso, cuyo apoyo necesitará si quiere sacar adelante nuevos estímulos económicos.