Una nota sobre el astro brasileño sorprendió a propios y ajenos.
Durísima nota del New York Times: "Neymar, el ocaso de una estrella"
Este martes, una nota del prestigioso diario New York Times sobre Neymar dejó absortos a quienes están habituados a las crónicas deportivas. Es que el artículo en cuestión es inusualmente duro con el astro brasileño. Se titula "El ocaso de una estrella".
Allí mismo, el NYT recuerda que a mediados de 2017, Neymar dejó el Barcelona -donde fue parte de la línea de ataque más temida del fútbol al lado de Lionel Messi y Luis Suárez- y se mudó a París: "Según insistían sus allegados, lo hizo porque quería dejar de estar a la sombra de Messi, para convertirse en una figura tan crucial de un proyecto como su antiguo compañero de equipo lo había sido en el ascenso del Barcelona. Quería dejar de ser un actor de reparto para convertirse en un protagonista", sostiene el diario.
Y avanza: "En esencia, quería ganar el Balón de Oro, ser reconocido como el mejor jugador del planeta. En años recientes, se había establecido con firmeza dentro de los cinco mejores, incluso de los máximos tres, pero siempre detrás de Messi y Cristiano Ronaldo. Neymar pensaba que no iba a poder dar el último estirón -se debe remarcar que lo hizo con una lógica impecable- si ni siquiera era reconocido como el mejor jugador de su equipo".
En la misma sintonía, el matutino recuerda que ese primer año, después de haber llegado, Neymar terminó tercero en la votación para el Balón de Oro y "un año después, quedó en el decimosegundo lugar (fue un año mundialista, un factor que siempre sesga los votos). Este año, dos jugadores del Paris Saint-Germain llegaron a la lista de los treinta finalistas. Kylian Mbappé terminó en sexto. Marquinhos fue vigésimo octavo. Neymar ni siquiera fue nominado (también estuvo ausente de la lista de los diez finalistas para el premio similar de la FIFA, The Best)".
Luego, NYT explica que, "según sus propios criterios, cerca de cumplir tres temporadas después de su salida del Barcelona, el cambio de Neymar a París solo puede ser considerado como un fracaso espectacular. No solo ha quedado en evidencia que no ha ganado el Balón de Oro, sino que se ha diluido en la competencia. El jugador que en teoría iba a ser el heredero de la corona de Messi -o Ronaldo, según otro punto de vista- ahora parece seguirle el rastro a toda una nueva generación, encabezada por Mbappé. Neymar estaba bailando en París mientras se le acababa el tiempo".
Y en tren de crítica, puntualiza: "Por supuesto que a Neymar no le ha ayudado estar en un equipo tan dispuesto a mimarlo, tan pasmado con su fama que más de un entrenador se ha sentido incapaz de disciplinarlo".
Sin embargo, insiste el mismo diario, "esa lectura es demasiado simplista; muchos grandes jugadores han logrado combinar actuaciones soberbias con la que podríamos llamar una vida social "activa". Un lastre que le ha pesado mucho más a Neymar quedó en evidencia un par de días antes de su cumpleaños, durante una victoria del PSG frente al Montpellier de camino a otro título francés, uno más que sabe a poco".
Luego de describir un par de escenas futbolísticas espectaculares, NYT asevera: "La prestidigitación de Neymar es un adorno del juego, no un factor determinante. Su ímpetu jubiloso en medio de un partido de la Ligue 1 tiene menos peso que un jugador con dones más limitados que guía a un equipo a través de un empate de la Liga de Campeones que se equilibró con precisión. Su barómetro para determinar la genialidad de un jugador nunca ha estado muy en sintonía con el de los demás".
Y culmina: "Todavía tiene tiempo, claro está. Este año, su rendimiento ha sido bueno; hay algo de cierto en la idea de que está haciendo el intento por concentrarse más en el campo de juego. El PSG tiene una escuadra con la calidad necesaria para ganar la Liga de Campeones, con un sorteo afortunado y un viento favorable. Neymar todavía no está acabado."