El superintendente de Irrigación aseguró que no se usa agua dulce en la fractura hidráulica y respondió a los ambientalistas que están criticando el desarrollo el método para extraer gas y petróleo no convencional.
Marinelli: "Decir que Mendoza se está secando por el fracking es mentira"
El Superintendente General de Irrigación aseguró, ante la protestas de algunos grupos ambientalistas, que no se entrega agua dulce para los trabajos de estimulación hidráulica, el fracking, que se realiza en el territorio provincial.
"Nosotros hicimos una resolución en el 2018, la 249, precisamente para poder controlar y estar preparados. Le exigimos a las empresas mineras que realizan esta actividad, que usen solo agua de formación. Al fracking le damos cero agua cruda, cero agua dulce", aseguró, refiriéndose a la forma de trabajo para la extracción de petróleo y gas no convencional.
"Cuando hacen la extracción de petróleo, una parte es petróleo y otra es agua con un altísimo, altísimo contenido salino. A esta agua la tratan, la depositan, la usan para el fracking y luego la reinyectan en el mismo lugar de donde la sacaron", manifestó Marinelli.
Respecto a los controles, el titular de Irrigación manifestó que "el petróleo está contenido en la roca madre a más de 1800 o 2000 metros. Entonces, lo que hacen para extraerlo es un pozo convencional de petróleo y a la par un pozo de agua, que es el que usamos nosotros para hacer un monitoreo permanente, tomando muestras que son analizadas por la Universidad Nacional de Cuyo".
Al referirse a la cantidad de agua que utiliza el fracking en Mendoza, dijo que "para tener una idea: 12 pozos consumen lo que consume media hectárea de viña en todo el año. Pero, insisto, cuando se hace la fractura hidráulica, que es el fracking, interviene un equipo especial que lo que hace es meter agua de formación. No se usa agua dulce".
Respondiendo a las manifestaciones que realizan grupos ambientalistas, aseguró que "decir que Mendoza se está secando por la actividad del fracking es una mentira absoluta". "Hay personas que están en contra del fracking por razones ideológicas. Bueno, tienen derecho... pero con ellos es imposible hablar".
En ese sentido, agregó: "Por más que le expliques y le muestres ellos ya tienen su opinión formada, no importa si generan o no problemas. Hay personas que por razones teóricamente del cuidado del ambiente, tampoco lo quieren y no están dispuestos al diálogo. No obstante, a pesar de las diferencias se puede discutir con base científica si causa o no problemas. Y por otro lado están las personas que han adquirido temor, por tanta prédica y tanta mentira... Es porque están mal informadas, con ellas tenemos que trabajar para que estén tranquilas. Porque nosotros, en Irrigación, también queremos estar tranquilos".