El Post habló con el diputado Daniel Lipovetzky, quien explicó los alcances de la norma que trabaja en estas horas luego del asesinato cometido por un grupo de rugbiers.
Así impulsan la "mano prohibida" en el deporte para evitar más casos Báez Sosa
"Ley Fernando". Tal el pretencioso nombre de la norma que impulsa Daniel Lipovetzky en estas horas y que refiere a Fernando Báez Sosa, el joven que fue asesinado a golpes por un grupo de rugbiers el 18 de enero pasado en Villa Gésell.
El diputado bonaerense de Juntos por el Cambio lo sintetizó de esta manera ante la consulta del Post: "El deportista tiene una responsabilidad de no uso de la violencia fuera del ámbito del deporte".
El legislador añade al respecto: "Lo que proponemos en el proyecto, que es lo que estamos trabajando ahora,es justamente que en caso de una situación de violencia fuera del ámbito de lo deportivo, el deportista pueda tener sanciones deportivas tanto él como también el club".
-¿Cómo surgió la idea de avanzar en una norma como esta?
-Mira, el proyecto en realidad surgió de la idea de una abogada que conozco que se llama Valeria Carreras, que nos trajo la idea a mí y a Leandro Santoro, proponiéndonos trabajar en ese tema en las dos jurisdicciones que integramos, yo en la provincia de Buenos Aires y Leandro en la Ciudad. Nos pareció interesante porque es un tema que no tiene por qué tener divisiones partidarias.
-¿Cuál es el espíritu de la ley? ¿A qué apunta?
-Parte de la base de la doble responsabilidad que tiene un deportista que basa su performance deportiva en su fortaleza física o el uso de sus manos. Tiene que ver con esto justamente, con el viejo concepto del boxeo de la "mano prohibida". Dependiendo del tipo de deporte, hay una responsabilidad penal lógica.
-También aparece la responsabilidad de los clubes...
-Sí, claro... esto busca de alguna manera incentivar un poco que los clubes trabajen más fuertemente el tema de la prohibición de la violencia, cosa que en el caso del rugby -más allá de que este proyecto no es solamente en el caso del rugby- en ese sentido han fracasado. Hay que reconocer que los clubes trabajan muy bien algunos temas, pero este tema, el tema de la prevención de la violencia, obviamente no lo han trabajado bien. Porque no es la primera vez que hay una situación de violencia. Ojo, no tan grave como la que ocurrió con Fernando, pero sí claramente vinculada con jugadores de rugby. -Usted habla de "mano prohibida", pero lo que hay ahora no es una ley sino jurisprudencia a ese respecto... -Sí, lo que hay en realidad es jurisprudencia penal, que nosotros no nos metemos en jurisprudencia penal porque no tendríamos competencia para hacerlo. Esa jurisprudencia establece como un agravante la "mano prohibida". Un ejemplo es el caso de la condena a Carlos Monzón, que fue considerado un agravante el hecho de que era ex boxeador.
-Lo de ustedes, de todos modos, es más abarcativo, ¿no?
-Sí, nosotros los que estamos buscando es que, además de la sanción penal y los agravamientos que pueda considerar un juez -algo lógico, ya que es lo correcto en una evaluación judicial-, haya una sanción deportiva adicional. Sobre todo para empezar a trabajar este tema con los chicos desde temprano. Porque está claro que si vos basás tu preparación deportiva en tu fortaleza física, tenés una diferencia ante cualquier otro ciudadano y tenés que ser mucho más responsable. La posibilidad de que se le impongan sanciones deportivas a los jugadores o a los clubes, va a hacerlos pensar dos veces.
-¿Hay normas similares en otros países?
-No lo sé, pero yo estimo que sí. Lo que me han comentado algunos clubes de rugby como ejemplo es el tema de los All Blacks, que en caso de que se detecte el consumo de alcohol en algún jugador queda automáticamente excluido del seleccionado de Nueva Zelanda.
-¿En qué estado está el trabajo parlamentario?
-Estamos en proceso de charlas y trabajo en general. Lo que sí te puedo decir ahora es que acá no estamos haciendo más de lo que dice la regla de la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires) que es la entidad que regula el rugby en la provincia de Buenos Aires y también en la Ciudad. Allí aparecen eventos durísimos en cuanto a las sanciones deportivas, pero solamente para situaciones de violencia vinculadas con el partido de rugby o en las inmediaciones. Paradójicamente no habla nada de lo que pasa fuera de ese ámbito. Por eso, la idea nuestra es justamente extender esa aplicación.