Se trata de la joven que le hizo maniobras de resucitación. Declaró que uno de los rugbiers dijo "me lo voy a llevar de trofeo" y luego le reventó la cabeza contra el cordón.
"Me lo voy a llevar de trofeo": la tremenda frase que escuchó una testigo
Una de las testigos de la causa por el asesinato de Fernando Báez Sosa complicó más a los rugbiers al contar que uno de ellos gritaba que se lo llevaría de trofeo.
Se trata de la adolescente que intentó reanimar al joven, quien declaró que uno de los agresores de Fernando gritaba "me lo voy a llevar de trofeo", y agregó que después "le reventó la cabeza contra el cordón".
Según publicó Perfil, la joven contó que ella estaba en la puerta de la discoteca y de repente vio a dos jóvenes "enormes" que golpeaban a la víctima y a un amigo. "Se creían zarpados por pegarle a otro que no tenía reacción, sin importarles nada", dijo, y añadió que puede identificarlos.
Después relató que "eran cinco o seis pegándole en el piso, diciéndole ?negro de mierda', ?villero', y luego uno gritó ?dale, matalo'". Fue entonces que quien estaba pateando a Fernando dice "me lo voy a llevar como trofeo, quedate tranquilo", y "lo puso contra el cordón de la calle y le reventó la cabeza".
La testigo aseguró a la fiscal que ella quiso meterse pero no pudo porque "no podía pararlos, eran una máquina de golpear".
Se espera que los diez detenidos empiecen a declarar esta semana, ya que su abogado defensor, Hugo Tomei, confirmó que la decisión de romper el silencio está tomada y que se materializará una vez que en la causa empiecen a quedar definidas las pruebas que involucran a cada uno de ellos.
El pacto de silencio que mantuvo el grupo podría romperse debido a que no todos los rugbiers, de acuerdo con los testigos, tuvieron la misma responsabilidad. Máximo Thomsen es el más implicado. Fue señalado por casi una decena de testigos como el autor de la patada mortal, y además se sumó en las últimas horas una filmación dentro de la discoteca, donde está siendo expulsado por los patovicas y, apuntando a Fernando, se pasa la mano por el cuello, en un claro gesto de muerte y venganza.
Por su parte, Alejo Milanesi no fue reconocido en ninguna de las ruedas, y él siempre dijo que tras ser echado del boliche fue a un local de comidas.