Rosario partió, por trabajo, rumbo a Asia el 11 de enero y su regreso es en marzo. Trabaja desde su casa con barbijos y medidas de prevención provistas por el Estado.
Así vive una mendocina en China en medio del brote de coronavirus
En búsqueda de nuevas experiencias laborales y personales, Rosario Guardiola, una mendocina de 24 años, partió rumbo a China el pasado 11 de enero, enviada por su empresa a una misión temporaria de dos meses. A días de su arribo al país asiático, se desató el brote de coronavirus, el cual ya se cobró la vida de más de 200 personas, que tiene 8.000 casos confirmados en todo el territorio chino y por el cual la OMS declaró alerta global.
La joven licenciada en Recursos Humanos trabaja en una reconocida bodega en Mendoza que pertenece a un grupo multinacional que se dedica a la elaboración del vino en diferentes partes del mundo. Así llegó a Sangri-La, un condado de la Prefectura de Dêqên en la provincia de Yunnan, al Suroeste del país, aproximadamente a 2.000 kilómetros de Wuhan, epicentro del virus.
"Ahora estoy en Sichuan, a tres horas aproximadamente de Sangri-La. Estamos en pleno Spring Festival, que es el año nuevo chino (comenzó el 25/01) por lo que hay mucha movilización de gente, ya que todos viajan para pasar la fiesta con su familia", comenzó su relato Rosario.
"Estoy acá porque una chica de la oficina me invitó a pasar estos días con su familia", contó la joven, quien al ser consultada por su regreso a la ciudad donde está viviendo y trabajando en Yunnan, explicó: "Concretamente si puedo volver, el tema es que los accesos a las ciudades están restringidos, justamente porque el gobierno no quiere que haya tráfico de gente. Entonces los hoteles cierran, no reciben gente. Si vuelvo estaría en un hotel y corro más riesgo de contraer el virus que si me quedo acá en este pueblo".
El lugar donde está ahora la mendocina -Sichuan- es casi un paraíso tibetano, encajonado entre montañas, con un espectacular paisaje, tratando de resistir al tiempo aunque con razgos de civilización moderna. En la pequeña comuna, el riesgo de contagio es menor que en otras grandes aglomeraciones urbanas y situaciones como usar barbijo, se vuelven menos habituales. "El pueblito es diminuto, tiene literal una sola calle y por eso no hace falta que lo use tanto, pero si a la gente que va de visita a casas la veo entrar con barbijo", contó.
El Estado chino ha tomado precauciones y la población ha sido alertada y es bombardeada con información al respecto. "El gobierno está muy alerta. Terminales y aeropuertos analizan a las personas apenas llegan. Mi impresión es que están muy preparados para este tipo de casos", aseguró Rosario, quien además deslizó que ve a la gente muy preocupada y tratando de tomar todas las medidas de prevención. Incluso en el grupo de su empresa enviaron un flyer en inglés con recomendaciones como evitar contacto con animales muertos domésticos o salvajes y con personas con infecciones respiratorias, también lavarse las manos con frecuencia y usar barbijo y antisepticos para las manos.
El número de muertes por el coronavirus sigue ascendiendo y los casos continúan apareciendo en diferentes puntos del mundo. ¿Ella? "tranquila", asegura que es poco probable que el virus llegue a Sichuan, aunque la semana próxima tiene previsto su regreso a Shangri-La.
Rosario dejó un mensaje claro desde el país donde todo comenzó: "Con el miedo no hacemos nada, lo importante es ser consciente y tratar de tomar todas las medidas de prevención".