La salida de la Unión Europea significa para los ingleses perder muchos empleados
¿Por qué el Brexit es una gran oportunidad para ir a trabajar al Reino Unido?
Finalmente, el "Brexit" o la salida del Reino Unido de la Unión Europea se concretará mañana 31 de enero, aunque todavía quedan muchos interrogantes acerca de cuáles serán sus efectos en cuanto a las visas y permisos de trabajo.
Una de las principales reivindicaciones de quienes apoyaron este proceso en el referéndum de 2016 es que el gobierno británico recupere el control total sobre las políticas migratorias.
Es que, bajo la normativa de la UE, Londres tenía que seguir las regulaciones acordadas por todos sus Estados miembros, aunque solo en algunas áreas. Por ejemplo, uno de los principios básicos de la UE es el del "mercado interior", que consiste en permitir la libre circulación de bienes, servicios, capital y personas.
Desde la entrada en vigor de este mercado único en 1993, "los ciudadanos europeos pueden vivir, trabajar, estudiar o hacer negocios con libertad" en cualquier otro Estado de la UE.
Como consecuencia de ello, el saldo migratorio neto anual de ciudadanos de la UE a Reino Unido se disparó hasta alcanzar su punto más alto durante el primer trimestre de 2015, con 219.000 llegadas. Desde el referéndum, sin embargo, está cifra ha caído hasta los 48.000 del segundo trimestre de 2019.
También es cierto que miles de ciudadanos británicos se beneficiaron de esta política y emigraron a otros países de la UE.
Todos estos inmigrantes británicos y europeos tienen la libre circulación garantizada hasta el 31 de diciembre de 2020, cuando acaba el llamado periodo de transición.
Para entonces, Reino Unido y la Unión Europea deberán haber acordado los nuevos términos de la relación que tendrán en el futuro.
¿Y América Latina?
Para los latinoamericanos, sin embargo, el Brexit no cambia nada, ya que la normativa vigente para viajar, estudiar o trabajar en Reino Unido sigue igual que hasta ahora.
Sin embargo, en cuanto al trabajo, Reino Unido, tanto en el sector privado como en el público, tiene una gran dependencia de mano de obra extranjera.
Por ejemplo, el Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) ya tenía un problema de escasez de mano de obra antes del referéndum y ahora se ha visto agravado por la renuncia de sus más de 10.000 trabajadores europeos que decidieron irse del país tras la consulta de 2016.
Otro sector que se verá afectado es el de los restaurantes y hoteles, que según cálculos de la patronal, necesitará contratar a unos 60.000 británicos más cada año para cubrir el hueco que dejen los europeos cuando acabe el periodo de transición.
Será una tarea complicada. Actualmente, el desempleo en Reino Unido es de apenas el 3,8% y la tasa de empleo se sitúa a un nivel récord: 76,3%. La demanda de trabajadores es tan alta que hay inmigrantes que consiguen un puesto en el sector formal recién llegados y sin hablar inglés.
Según el primer ministro británico, Boris Johnson, esto no será un problema porque implementará una política migratoria con un sistema de puntos como el que ya usa Australia y que, en su opinión, será "más justo".
"Al poner a la gente antes que a los pasaportes, tendremos la capacidad de atraer a los mejores talentos de todo el mundo, estén donde estén", afirmó este lunes cuando anunciaba una visa exprés para científicos que entrará en vigor el 20 de febrero.