Desde el Departamento General de Irrigación detallaron que los ríos y diques en la provincia están en sus mínimos históricos de caudales.
Mendoza vive un enero anormal en el décimo año de crisis hídrica
En su décimo año de crisis hídrica tras un invierno sin grandes nevadas, Mendoza vive un mes de enero "anormal", con ríos poco caudalosos y mediciones que arrojan un 20% menos de agua de lo previsto, informaron hoy fuentes del Departamento General de Irrigación de la provincia.
"Este año, casi todos los ríos y por ende los caudales de Mendoza han tenido mínimos históricos. Enero es, hasta ahora, absolutamente anormal dado que las mediciones hasta mediados de este mes arrojan un 20% menos de agua de lo previsto", dijo hoy a Telam el jefe del departamento de Agua Subterránea, Juan Andrés Pina.
Por estos días, los turistas pueden apreciar una notable baja en los lagos que se forman en la zona sur con el río Atuel como Valle Grande y Nihuil; y el Diamante, con Agua del Toro y Reyunos, aunque eso no impide que se realicen las actividades recreativas y náuticas.
Igual situación se vive en zona norte en los diques Carrizal y Potrerillos, con notable baja de agua. Estos dos embalses alimentan el riego de la mayor cantidad de hectáreas del Oasis norte. Los productores ya afrontan turnos de riego, con fuertes restricciones.
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"Se esperaba que los caudales estuvieran en un 52% del promedio que se toma de referencia y están al 30%", destacó el funcionario de Gestión Hídrica.
Desde Irrigación informaron que si bien la falta de agua ha llevado a que hayan restricciones en la distribución, "la entrega de agua por parte de Irrigación (la totalidad de agua dulce que baja de la montaña) se mantiene sin cambios para todos los usos: abastecimiento poblacional, agrícola, recreativo, público, minería y petróleo e industrial". Sin embargo, esta afirmación no es certera. El agro afronta restricciones. Sí es cierto que el caudal de agua que se entrega a la red de uso urbano, no se ha disminuido.
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Sin embargo, se aclaró que "se trata de ahorrar la mayor cantidad de agua que se pueda, con el objetivo de empezar la primavera con los embalses lo más altos posible dado que en Mendoza la temporada de riego es desde agosto hasta marzo o abril", dijo Pina.
También anticipó que para los próximos meses "agencias internacionales pronostican precipitaciones por debajo de los promedios históricos".
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Por otra parte, el Superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli, ha recorrido la provincia junto a técnicos del organismo, regantes e inspectores de cauce para explicar la situación y que las medidas que se implementen "sean producto del consenso".