El legislador nacional por Mendoza formó un interbloque en el oficialismo consideran un aliado después de que posibilitara la aprobación de la ley de emergencia.
Ramón no quiere ser considerado kirchnerista porque "tienen pillerías"
El flamante presidente de la bancada que incorporó a tres disidentes del macrismo y facilitó los votos decisivos a la Ley de Emergencia en Diputados, el mendocino José Luis Ramón, no quiere ser visto como un aliado del kirchnerismo, aunque Alberto Fernández lo ve de esa manera.
En una entrevista con diario Clarín, el legislador nacional por Mendoza negó haber sido motivado por Massa para formar el interbloque. "No tenemos nada que ver con el peronismo. El bloque nació de una visión que tenemos los ocho integrantes de estar fuera de la grieta", manifestó.
Consultado por el rol que esperan cumplir en el Congreso, dijo que "nuestra posición no es la de Juntos por el Cambio, de no participar y votar todo en contra. Vamos a dar quórum y discutir los proyectos del oficialismo. Nuestra primera actuación fue pedir que se eliminara el artículo 85 que daba la suma del poder al Presidente y lo logramos".
Ramón insistió en que quiere ser parte de una oposición constructiva, pero recalcó que no quiere que los confundan con kirchneristas o aliados de Cristina porque "ellos tienen pillerías. Como todos". Destacó que ella "fue una presidente que no mostró como es el argentino respetuoso y, de manera permanente, quería denostar a una parte de la sociedad y fue una gran equivocación. No es mi referente política".
El político mendocino hizo una diferencia entre CFK y Alberto Fernández, porque ve cosas positivas en el actual mandatario. "El Presidente me parece distinto. Ví dos cosas positivas en su persona que cuando lo conozca personalmente se lo voy a decir: acompañar a la vicepresidente saliente en su silla de ruedas fue un símbolo y tratar respetuosamente al presidente que se iba mostró un camino distinto".
Sobre su quiebre con Martín Lousteau, aseguró que no tenía una afinidad muy fuerte con Cambiemos y a poco de andar tenían muchas diferencias.
Respecto a la posición que tomará cuando el presidente Fernández impulse el proyecto para legalizar el aborto, dijo que va a "continuar con la misma postura que fue lo que me llevó a hacer diputado: estoy en contra de la despenalización del aborto. Las promesas de campaña se deben cumplir. La legalización del aborto afecta transversalmente a la sociedad y debería hacerse una consulta popular".
Ramón no dudo en señalar que se lleva muy mal con el exgobernador Cornejo en el Congreso. "No quiere el diálogo. Es prepotente, le dijo al pueblo que tenía las cuentas ordenadas y le entregó al gobernador Suarez una provincia que debe aumentar los impuestos porque no le alcanza la plata. En cambio, con Suarez tengo otra relación. El gobernador radical es respetuoso, llama al diálogo y pidió que los diputados de su partido se sentaran a discutir la emergencia".