Alberto Fernández habló de dar "latigazos". Cristina Kirchner había avanzado en septiembre en el mismo sentido al asegurar que se discutirían "márgenes de ganancias". El fantasma de Guillermo Moreno.
¿Solo discurso o algo más? El kirchnerismo contra los empresarios
"No es posible que a los empresarios haya que llevarlos a los latigazos". La frase la pronunció Alberto Fernández este martes e inmediatamente provocó escozor en propios y ajenos. La memoria colectiva de los argentinos llevó a recordar los peores días del kirchnerismo, con las amenazas del entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, siempre a flor de piel.
Por si cupiera alguna duda, el presidente de la Nación avanzó en aclararles a los empresarios: "Sería bueno que asuman responsabilidades sociales frente a las ganancias desmedidas, porque lo contrario es que el Estado intervenga; pedimos que el esfuerzo sea no ganar tanto". E insistió en que "las cadenas tienen que revisar su conducta".
Lejos de llevar tranquilidad, Fernández subió la apuesta: "el Estado tiene todas las herramientas para actuar". Y advirtió: "Si tengo que actuar actuaré, pero la verdad es que yo quisiera la responsabilidad de los empresarios".
¿De qué manera actuaría eventualmente el jefe de Estado? Por lo pronto, advirtió que buscará avanzar "cuanto antes" en el demorado proyecto de "ley de Góndolas", que ya recibió la aprobación en la Cámara de Diputados.
La ley busca "garantizar" que la oferta en los comercios, sobre todo en las grandes cadenas, sea "diversa" en variedad y precios. En tal sentido, establece que ninguna marca puede ocupar más del 30% de la oferta en una góndola. Como se dijo, una medida bien "a escala" del exsecretario Moreno.
Como sea, el kirchnerismo vuelve a errar en el diagnóstico de creer que el incremento de precios se da por culpa de avaros empresarios que solo buscan garantizarse ganancias extraordinarias. Una "verdad" que solo persiste en sostener Nicolás Maduro en Venezuela.
Al respecto, el economista Fausto Spotorno no demora en desmitificar la versión: "La inflación no tiene nada que ver con las ganancias de las empresas, ¡Nada! Solo basta mirar este año: 18 meses de recesión, aceleración inflacionaria y caída de las ganancias (las que cotizan, al menos) pero con más inflación".
Ciertamente, no importa lo que digan Spotorno u otros economistas. La cabeza de Alberto ya está "chipeada" con "su" verdad. No es el único: el 22 de septiembre pasado, en la presentación de su libro "Sinceramente" en La Matanza, Cristina Kirchner sostuvo textualmente: "Habrá que discutir la formación de precios y márgenes de ganancias".
Aún antes, el 9 de mayo, cuando presentó su obra en la Feria del Libro, la hoy vicepresidenta puntualizó: "Necesitamos un nuevo contrato de ciudadanía responsable de todos y todas para salir de la crisis. Es una tarea a la que deben comprometerse los empresarios, los operarios y los cooperativistas".
Está claro que en la cabeza de Alberto y Cristina subyace la idea de que los empresarios son meros especuladores sin alma, a los que solo les interesa acopiar una fortuna personal sin límites.
Pero insiste Spotorno: "La especulación es un dato. No sería posible la economía sin ella, hace mucho que se conoce el rol de las expectativas en la economía. Lo que Fernández llama suba de precios por las dudas es un proceso necesario para controlar el capital de trabajo bajo expectativas inflacionarias".
Más allá de la polémica en sí, sorprende que en la Argentina se vuelva a discutir aquello que ya se probó ineficaz una y otra vez. Medidas que fracasaron un millón de veces, ¿por qué ahora habrían de funcionar?
Baste observar la siguiente portada de diario La Gaceta del año 1948, pleno peronismo de Perón. "No entregarán divisas para viajes al exterior", reza uno de sus títulos... Más de 70 años después se siguen intentando las mismas medidas.
Alguien tendría que recordarle al gobierno aquella frase que suelen atribuir a Albert Einstein: "Locura es hacer lo mismo una y otra vez, esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".