A las 21:10 del viernes se sintió un alivio colectivo. La decisión de Suarez de derogar la ley 9209 hizo que Mendoza comenzara a recuperar la calma. Historia de cómo se definió la anulación de la ley que sacudió a la provincia.
Crónica de la muerte de la ley minera de los 7 días
Rodolfo Suarez habló pausado. No se lo vio tenso como el jueves al mediodía, cuando anunció que no aplicaría la ley 9209 que él mismo había mandado a la Legislatura al día siguiente de haber asumido. Intentó así cumplir con su promesa de campaña de ampliar la matriz productiva con la minería a gran escala para generar más empleo privado, pero no lo logró. Veamos.
Hoy, sábado 28, a la ley minera le quedan dos días de vida jurídica. La historia institucional dirá que estuvo vigente una semana, desde el lunes 23, cuando fue promulgada y publicada, hasta el lunes 30 de diciembre, cuando los legisladores la deroguen con otra ley. Y en ese mismo acto revivan a la ley 7722 que limita la minería a gran escala.
Con el tiempo se la verá a la norma fallecida ("muerta", dirían los peronistas) como un episodio de crisis institucional y será útil para todos los protagonistas incluso para quienes "ganaron" en la calle esta pulseada política y social. El gobernador entendió "el mensaje del pueblo" como él mismo lo expresó a las 21,00, cuando se rodeó de los ministros de su gabinete y los intendentes oficialistas y opositores.
Este primer capítulo del gobierno de Suarez se titulará: "La aprobación y derogación de la ley minera y la resurrección de la ley antiminera, la 7722".
Aprender de la experiencia
"¡No insultemos, estamos festejando la derogación! Está Suarez adentro con los intendentes y van a derogar", dijo una chica muy joven que lideraba el grupo de trescientas personas que se concentraron por la puerta de Peltier 351, cuando ya se había producido la conferencia de prensa en Cuarto Piso de la Casa de Gobierno.
El mandatario concluyó que esta semana intensa de protestas y movilizaciones le hicieron descubrir el poder de las redes sociales para generar el clima de descontento. Y que haber ganado con el 52 por ciento de los votos no quería decir que había consenso social para instalar la megaminería en Mendoza. La ley que agoniza es legal pero no es legítima, de acuerdo a la deducción del jefe de Estado.
Otra enseñanza que nos dejará la 9209 en su corta existencia es cómo se hizo carne la crisis de representatividad que sufre la clase dirigente surgida del ya vetusto sistema partidocrático y que los votantes cada vez son más inasibles para quienes pretenden representarlos dentro del sistema republicano.
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Y, por último, en este urgente repaso de estos siete días que parecieron un año, es el desgaste al que se sometió Suarez en especial, y también el peronismo que lo acompañó en este trayecto pantanoso. Ni él (Suarez) ni los dirigentes del PJ vieron de antemano semejante reacción popular movilizada por una idea simple: "El agua no se toca".
Aunque fuera un desacierto, el cuidado del recurso es como si fuera un grito de guerra en especial para los jóvenes que coparon las calles cada noche desde el viernes 20 cuando fue votada la ley minera en la Legislatura. Es un detalle, pero que en este conflicto tiene un peso específico: quienes empujaban las marchas tienen perspectiva ambiental.
Las manifestaciones en las calles, el éxodo de vecinos sancarlinos a la Ciudad de Mendoza dejaron imágenes épicas para esos mismos actores e impresionaron a los que se sintieron interpelados. Pero el miedo que produjo esa avalancha en las redes con mensajes amenazantes y/o insultantes a los sectores promineros fueron otro rasgo de estos de tensión social.
Fue notable también el costado "vendimial" de resistencia donde las reinas, jóvenes mujeres todas, se declararon en rebeldía con la idea fuerza: "Sin agua no hay Vendimia". Además la decisión de suspender los festejos vendimiales de siete comunas y el repudio de artistas de adentro (Mariú Carreras renució a ser protagonista del Acto Central) y de afuera (René Pérez y Andrés Ciro) fueron pinceladas de un cuadro telúrico donde se veía a una estantería a punto de caerse.
Blanco de esta calentura virtual se hizo tangible cuando los manifestantes también apuntaban a los móviles de los canales 7 y 9, consideran a los medios de comunicación tradicionales como "cómplices y traidores" al interés popular que es la defensa de agua.
Queda también la frustración de los sectores mineros e industriales que con paciencia y lobby habían logrado una ley minera sin restricciones donde podrían procesar minerales con lixiviación con cianuro o ácido sulfúrico. Este último episodio les dejará alguna enseñanza a ellos también. Es evidente que hay una resistencia que se ha ido consolidando con el correr de los años y "la defensa del agua" que se viene sellando y está enraizada con más fuerza entre las generaciones nuevas en la medida que avanza la "seca" en Mendoza.
El repudio social y político hacia la megaminería fue vista como acción mancomunada con una gran repercusión nacional e internacional. Esta exposición opera negativamente para que el sector industrial insista en querer abolir la 7722, que a esta altura es un símbolo antiminero.
Reseña peronista
Me dijo un informante peronista dos horas antes del anuncio derogador de Suarez: "La ley está muerta, sólo hay que hacer control de daños".
Fue el preludio de un final fatal. Durante la mañana del jueves Anabel Fernández Sagasti lo llamó a Suarez y le preguntó qué iba hacer con la reciente ley minera sancionada y promulgada rápidamente. Así comenzó esta historia en versión peronista para explicar por qué el PJ decidió ese mismo día pedir la derogación de la regla cuando la había apoyado para que fuera aprobada.
De acuerdo al relato pejotista, el gobernador le dijo a la senadora que pensaba en llamar a un referéndum y zanjar la divergencia social. Ella intentó convencerlo que el mecanismo de consulta popular no era conveniente.
Los peronistas manejaban como argumento, contra la idea del plebiscito, un dato estadístico atribuido al encuestador Elbio Rodríguez quien habría "auscultado" la protesta y el clima social y el rechazo a la ley minera en estos últimos días. El 73 por ciento de rechazo señalaron los peronistas Por lo cual si hubiera que votar, el "no" a la minería ganaría por paliza. "Nosotros solo llegamos a la puerta del cementerio, pero no entramos", dijeron gráficamente para justificar la decisión de pedir la anulación de la 9209.
Entonces según el infidente peronista, hubo un acuerdo entre ambos referentes. Quedaron que Suarez convocara a una ronda de diálogo con todos los sectores en pugna advirtiendo que detenía la reglamentación de la ley minera.
Finalmente el mandatario a las 13,00 del jueves puntualizó tres aspectos: la suspensión de la aplicación de la norma promulgada, la convocatoria al diálogo y el plebiscito como última alternativa. Es decir, y siempre de acuerdo a lo narrado en el PJ, Suarez incumplió lo acordado y por eso decidieron tomar distancia y determinaron la "muerte" de la ley.
Todo esto, con lujo de detalle fue contado "online" por Anabel a Alberto Fernández ya que este proceso mendocino actúa como termómetro para la cruzada minera que impulsa el presidente desesperado por aumentar la recaudación macro que le permita enderezar la economía.
Todavía falta concretar la derogación de la 9209 y la puesta en vigencia de la 7722. Será el lunes a las 11,00 en la Legislatura donde esta historia de crisis y de aprendizaje comenzó.