El subsecretario de Energía y Minería de Mendoza, Emilio Guiñazú, respondió al Post todos los interrogantes sobre la minería. Controles, beneficios, riesgos, uso del agua... y mucho más.
Números, detalles y mitos de la minería en Mendoza
Hace instantes nomás, Rodolfo Suarez promulgó la ley 9209, aquella que modificó la emblemática y añeja 7722. Ello permitirá desarrollar la minería responsable en la provincia, con todo lo que esto implica.
Ciertamente, hay no pocos interrogantes al respecto y, también hay que decirlo, más mitos que realidades. Para responder a todo ello, el Post entrevistó a Emilio Guiñazú, subsecretario de Energía y Minería de Mendoza.
-¿Cuándo arranca la idea de cambiar la ley?
-Básicamente, nosotros hemos analizado la actividad minera durante cuatro años, arrancamos con la mesa de diálogo en el año 2016, y lo que hicimos fue analizar la actividad minera desde todos los puntos de vista.
-¿Cuáles serían esos puntos de vista?
-Los puntos de vista ambiental, económico, legal y social, y dentro del punto de vista ambiental, el punto específico que vimos fue el tema del agua. Entonces invocamos a todos los especialistas que pudimos, no sólo desde diferentes puntos de vista, sino también desde diferentes ángulos. Por ejemplo, cuando hablábamos del agua trajimos a un hidrogeólogo de la industria minera, trajimos a gente del Departamento General de Irrigación... intentamos traer a gente de la Asamblea del Agua, que vinieron a las primeras reuniones y después dejaron de venir. Pero vinieron diputados de General Alvear y de diferentes lugares, y a partir de eso se fue enriqueciendo la visión de cómo nosotros podíamos llegar a desarrollar la minería en Mendoza, siempre en beneficio de todos los mendocinos. A ver... a nosotros no nos interesa hacer la minería por deporte o para que nos llenemos de dinero, para lo que nos interesa a nosotros desarrollar la minería es para que no sólo cree empleo, sino que traccione cadena de valor que son súper potentes. La minería trabaja absolutamente en todos los sectores de la industria y de los servicios, no sólo de la metalmecánica, los yacimientos, las comunicaciones, la logística, consultoría de diferente tipo, abogados, contadores, ingenieros, geólogos, químicos, topógrafos... lo que se te pueda ocurrir que en términos de bienes y servicios, de alguna manera, está vinculado a la minería. Con lo cual, activando la minería, no solamente activás un sector, sino que activás la economía de la provincia.
Ver además: Suarez promulgó los cambios a la 7722 y la minería ya es ley
-Yendo a lo específico, ¿Se puede mensurar aproximadamente qué cantidad de trabajo genera la actividad minera?
-Pensá que nosotros estamos atrasados 10 años en todo lo que es la exploración. Mendoza arrancó siendo el Silicon Valley de la minería de la Argentina.
-¿Y qué pasó?
-Esas exploradoras eligieron Mendoza para instalarse, porque acá no sólo teníamos los mejores servicios, teníamos la mejor logística, muy buena calidad de vida, y teníamos muy buena calidad de recursos humanos, llegamos a tener casi de 200 empresas de exploración, que no solamente trabajaban en Mendoza, sino que trabajaban en toda Argentina y la región, y solo en términos de exploración debemos haber llegado a tener más de 2.000 personas trabajando, obviamente eso se fue desactivando. Se trabajó desde mendoza para muchos lugares de Argentina, por lo cual exportábamos conocimiento de Mendoza.
-¿Y qué pasó luego?
-A medida que sale la ley 7722 se dejan de desarrollar los proyectos en Mendoza, se empiezan a desarrollar en otras provincias, y a la larga la gente se fue mudando adonde tenía trabajo. Entonces empezamos a perder toda esa base que teníamos de conocimiento acá en Mendoza. Esa era una de las cosas de mayor valor agregado de la industria.
-Estamos hablando específicamente del año 2007...
-Sí, y desde el 2007 en adelante logramos desarrollar solo un proyecto en etapa de factibilidad. Hasta ese año había tres o cuatro en estado de exploración avanzada.
-¿Hoy cuál es el panorama potencial en la provincia?
-Lo que tenemos nosotros en términos potenciales, es que Mendoza podría llegar a tener perfectamente 3 o 4 minas operando diferentes puntos geográficos.
-¿En dónde?
-Fundamentalmente por los temas ambientales y los temas sociales, estamos hablando de Malargüe y tal vez el norte de Las Heras, donde hay realmente un potencial interesante, y se integra perfectamente con el resto de la actividad económica de la región.
-En concreto, ¿qué significan 3 o 4 proyectos?
-Durante la construcción, por ejemplo, un proyecto te permite tener unos entre 3.500 y 4.000 puestos de trabajo de forma directa, y después en relación a cada una de esas miles personas que están trabajando en la mina, hay otras personas que le están prestando atención, logística, alimentación, comunicación, todo lo que se te ocurra que pueda necesitar un tipo trabajando a los dos mil metros de altura. Esto, insisto, durante la construcción. Si multiplicás esas 3.500 personas por 3 -por la cantidad de proyectos-, vas a tener casi diez mil personas trabajando directamente relacionadas a la actividad.
-¿Qué significa ese número comparado con otras actividades?
-Comparado con el petróleo, el desarrollo de un yacimiento petrolero tal vez requiera de unos 400, 500 millones de dólares, y le da de trabajo a unas 350 personas, una vez que el yacimiento ya está desarrollado y terminado, probablemente ya trabajen unas 50 personas. En el caso de la minería, para una inversión similar, supongamos unos 500 millones de dólares, de una mina mediana, vos tenés los 3.500 tipos trabajando durante la construcción, y después tenés 500 personas operando la mina durante 20, 25, 30 años que dura aproximadamente el tiempo de vida de la mina. Entonces, si vos sumás todos estos números, poniendo en secuencia y lo multiplicas por la cantidad de minas, te das cuenta que estamos hablando de decenas de miles de puestos de trabajo. Fácilmente, 15, 20 mil puestos de trabajo en desarrollo minero en Mendoza. Y esto no es transformar a Mendoza en una provincia minera sino tener un sector minero que va a ser equivalente a lo que hoy sería el sector petrolero en la provincia.
-¿De qué puestos de trabajo hablamos?
-Los que se te ocurran, todos los tipos de servicios que se te puedan ocurrir que estén involucrados en una mina, que es más o menos como una pequeña ciudad. También depende de lo que estés hablando, si estás hablando de oro, si estás hablando de cobre o de otras cosas. De la facturación que tiene la mina y las regalías que va pagar. Pero acá lo más importante de la minería no son las regalías sino básicamente el movimiento económico que tenga todo su proceso de construcción y exploración.
-Uno de los temas más álgidos que cuestionan los ambientalistas es el de los controles: ¿Cómo son esos controles? ¿Cómo saber que no se va a soltar una válvula y que se contaminará el agua?
-Primero, se ha mitificado mucho el tema de la peligrosidad de la actividad. Se trata de una actividad potente, una actividad grande, hay que trabajarla bien. Ahora en Mendoza nosotros tenemos experiencia en el control del sector: tenemos un sector petrolero, tenemos ocho mil pozos repartidos en la provincia, de los cuales hay unos cuatro mil pozos en actividad, repartidos en más de 50 yacimientos repartidos a lo largo de la provincia, más de 20 mil kilómetros de tubería, que mueven petróleo, gas, agua de formación que hay que operarla con mucho cuidado. Tenemos una refinería, que es la segunda refinería más grande de la Argentina, se utiliza ácido sulfúrico ácido clorhídrico, todos los químicos que se te ocurran, y se utilizan en Mendoza. Ello trabajando desde hace décadas: tenemos un polo petroquímico que utiliza los insumos de la refinería para fabricar polímeros y a todo eso lo controlamos, y yo te aseguro que es mucho más difícil controlar eso que está repartido a todo lo largo de la provincia, que una, dos o tres minas que son explotaciones mucho más concentradas, y mucho más sencillas que controlar toda la refinería. Igualmente, no te digo que nosotros no tengamos que trabajar, que tengamos que incorporar inspectores en medida de que el sector se vaya desarrollando, tengamos que calificar gente en algunas cosas que no hemos hecho. Nosotros hace unos 4 años que venimos calificando gente en todo lo que es el tema de cierre de minas.
-¿Entonces?
-Entonces el control de la minería tampoco es un monstruo de 7 cabezas y menos para una provincia como Mendoza que tiene fuerte experiencia en controlar actividades bastante más complejas que la minería, como es el petróleo. Si vos vas a la refinería, es muchísimo más compleja que cualquier actividad minera que se te pueda ocurrir. Si nosotros podemos controlar eso, y lo venimos haciendo hace 80 años, yo te aseguro que armar el equipo necesario para poder controlar la minería va a requerir un esfuerzo, pero hasta absolutamente acorde a las capacidades de la provincia de Mendoza, y más con una ley como la "7722 nueva", que prevé la creación de organismos especializados y la garantía de la ley de financiamiento, para que esos equipos estén adecuados, capacitados y equipados para la tarea que tienen que realizar.
-Convengamos que el temor ciudadano de alguna manera es legítimo...
-Sí, tenemos gente que de buena fe está asustada, pero le tiene miedo a la actividad por desconocimiento, porque nadie tiene porqué saber de esto. El problema es que bombardean con slogans todo el tiempo. Por otro lado, tenés gente que está cuidando sus intereses económicos que yo lo encuentro totalmente legítimo. También tenés vivos que utilizan ese caldo de preocupación y lo capitalizan políticamente para generar una base política que después utilizan de la manera que utilizan.
-Otra cuestión que plantean los ambientalistas es la cuestión del agua, que la minería utiliza mucha agua...
-En realidad, no se llega a utilizar el 1% del agua de la provincia de Mendoza. Y pensá que nosotros estamos "mal utilizando" el agua para riego. Con una eficiencia de alrededor del 50%. Entonces, nosotros haciendo inversiones en nuestra estructura de riego y pudiendo elevar esa eficiencia alrededor del 60, 70%, generaríamos 20 veces más agua. Tendríamos más agua y podríamos regar mejor y más superficies. Nadie niega que hay un problema de agua, pero nuestro problema es de infraestructura.
-Llama la atención que los ambientalistas no estén protestando por ese mal uso del agua, para el riego...
-Sí...
-Lo último: daría la sensación que el gobierno no ha sabido explicar todo esto en el marco de la discusión por la nueva ley minera.
-Sí, nosotros tenemos que aprender a comunicar mejor.