En la provincia cayó sistemáticamente el cultivo de peras, manzanas, damascos y cerezas.
Las actividades económicas de Mendoza en riesgo de extinción
Este lunes, diario La Nación sorprende con una nota titulada "Economías regionales: cuáles están en riesgo de extinción". Allí se plantea la falta de rentabilidad de puntuales actividades y se pone el foco en que las consecuencias directas son "la concentración de la producción o, directamente, que se reducen a la mínima expresión".
Los casos más significativos, según el mismo matutino, son los tambos: "Algodón y olivos en la cordobesa Cruz del Eje; en el Valle de Lerma salteño el durazno fue reemplazado por el limón y el cultivo de chía y quinoa se redujo fuertemente en los últimos cinco años (se llegaron a hacer 80.000 hectáreas)", refiere.
Acto seguido, pone el foco en Mendoza, provincia en la cual en los últimos 20 años "cayó sistemáticamente el cultivo de peras, manzanas, damascos y cerezas (en el Valle de Uco se reemplazaron por vides pero en otras zonas no se hace nada)".
La Nación entrevisto a Alberto Carletti, presidente de la Federación Económica de Mendoza, quien describió que la fruticultura en la provincia fue en "franco descenso".
La falta de rentabilidad determinó que los cultivos no se aggiornaran y, en consecuencia, perdieron productividad y calidad. Afirmó que hay zonas de fincas que fueron "ganadas por el negocio inmobiliario, sobre todo en cercanía a centros poblados y algunas chacras". En otros casos, directamente, "hay tierras abandonadas".
A su vez, Carletti planteó que en la reconversión hay "mucha asimetría" entre regiones. En Valle de Uco, decreció la fruticultura pero hay producción de vinos, nueces y almendras. "En la ecuación final, se perdió superficie cultivada. Desde la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas se estimó que existe el 30% de producción que 15 años atrás. La clave es que un monte frutal requiere una inversión a cinco años", culmina el mismo diario.