"Si no logramos un acuerdo con China, simplemente subiré los aranceles aún más", dijo el presidente de EEUU.
Trump dice que si no hay acuerdo con China subirá los aranceles
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que subirá "los aranceles aún más" a las importaciones de China si no se llega a un acuerdo comercial con la potencia asiática, para poner fin a una guerra comercial que sacude los mercados y daña el crecimiento económico en todo el mundo.
"Si no logramos un acuerdo con China, simplemente subiré los aranceles aún más", dijo Trump en una reunión con su gabinete presidencial en la Casa Blanca, informó la agencia de noticias EFE.
"China va a tener que hacer un acuerdo que me guste. Si no, ya está", remarcó el mandatario republicano, mientras delegaciones chinas y estadounidenses tratan de llegar a un acuerdo sobre su intercambio comercial y poner fin la guerra económica.
Washington y Beijing libran una guerra comercial desde junio de 2018, cuando Trump anunció la aplicación de tarifas a 50.000 millones de dólares en productos chinos con el objetivo de equilibrar una balanza comercial negativa para su país.
Desde entonces, ambas naciones aplicaron varias tandas de medidas arancelarias que afectaron a los mercados financieros y amenazan con arrastrar el crecimiento de la economía mundial a su tasa más baja desde la crisis financiera de 2007-2008
Las declaraciones de Trump se producen en plenas conversaciones entre las potencias para sellar una "primera fase" del pacto y añaden incertidumbre, puesto que siguen sin conocerse por el momento la fecha y el lugar en que se registraría la firma del acuerdo.
En un principio, la idea era que Trump y el presidente chino, Xi Jinping, firmasen el acuerdo en el marco de la reunión de la APEC a mediados de este mes, en Chile, pero la cancelación de la cumbre por las protestas sociales en el país sudamericano complicó los planes.
No obstante, la dificultad de las negociaciones entre las potencias quedó reflejada en el constante cruce de declaraciones entre Washington y Beijing, a menudo contradictorias.
A comienzos de noviembre, el Ministerio de Comercio chino aseguró que había llegado a un acuerdo con Washington para retirar por fases los gravámenes que ambas partes se han ido imponiendo durante la disputa, que comenzó en 2018.
Sin embargo, días después, el propio Trump rebajaba las expectativas.
"A ellos les gustaría dar marcha atrás, no hemos acordado nada. A China le gustaría hacer algo así como una marcha atrás, no una revocación completa porque saben que eso yo no lo haría", afirmó entonces el mandatario estadounidense en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
La guerra comercial entre Washington y Pekín, que se ha traducido en sucesivas subas arancelarias por ambos países durante casi dos años, tuvo su último episodio el 1 de septiembre pasado con la entrada en vigor del alza de 10 al 15% sobre importaciones chinas por valor de 112.000 millones de dólares.
Está previsto, por ahora, que el próximo 15 de diciembre se aplique esa misma suba al resto de importaciones gravadas al 10%, hasta alcanzar los 300.000 millones de dólares al 15%.
Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales van más allá de las relaciones bilaterales y tienen profundas consecuencias globales.
En sus últimas previsiones de crecimiento global, divulgadas en julio pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión global al 3,2% este año, una décima menos que en abril, lastradas por las dudas sobre la posible solución de esta disputa.