Los manifestantes tenían bloqueada la entrada y salida para camiones de Senkata. Policías y Fuerzas Armadas realizaron un operativo para dejar circular a los vehículos debido a que hay desabastecimiento en Las Paz.
Tres muertos dejó la represión por el bloqueo una planta de combustibles
Un operativo de militares y policías enfrentó este martes a manifestantes partidarios de Evo Morales para intentar despejar el acceso a una refinería en la ciudad boliviana de El Alto y escoltar a camiones cisterna hacia la vecina La Paz. Durante la represión, tres personas resultaron muertas y algunas heridas.
Con apoyo de un helicóptero, una caravana de vehículos blindados de las Fuerzas Armadas de Bolivia se dirigió a media mañana, hora local, a una refinería de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en esta ciudad del altiplano.
El medio boliviano Página Siete reportó que seguidores de Evo Morales derribaron unos muros de la refinería en la zona de Senkata y luego fallecieron tres personas por disparos con armas de fuego y resultaron heridas otras 30, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo.
Las muertes habrían ocurrido luego de que partiera la caravana de camiones y los movilizados se acercaran a las paredes de la planta para derrumbarlas con explosiones, que serían de dinamita. En respuesta, los militares que custodiaban el recinto de YPFB comenzaron a disparar gases lacrimógenos y balas. Testigos denunciaron que los disparos salieron el interior del complejo petrolero.
Las fuerzas del orden emplearon material antidisturbios como gases lacrimógenos para dispersar a grupos que desde hace unos días bloqueaban la carreteras de acceso, en la que habían instalado barricadas con la quema de neumáticos.
Los policías y militares escoltaron después un convoy de camiones cisterna para abastecer a la vecina ciudad de La Paz, donde desde hace varios días escasea el combustible.
Los manifestantes siguen en la zona, donde mujeres indígenas habían pedido de rodillas a las fuerzas del orden que no hubiera violencia, llevando en sus manos la whipala, una bandera multicolor de las comunidades originarias.
"Militares sí, policías no", "fuera policías", fueron algunas de las consignas coreadas por manifestantes con las manos en alto, mientras frente a ellos la Policía Militar intentaba dialogar para calmar la situación.
Estos grupos mantienen su apoyo a Evo Morales, asilado en México, y piden la renuncia de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez.
El Alto es la segunda mayor ciudad de Bolivia, con cerca de un millón de habitantes, y es uno de los bastiones electorales de Morales, en una urbe con tan solo 34 años de existencia en la que residen muchos emigrantes de zonas rurales.