Dos reclamos se juntaron en la plaza Independencia por la coincidencia de los hechos que interesan a la colectividad boliviana y a los ambientalistas. Cornejo se distanció de la polémica por la ley antiminera.
Un lamento boliviano y un "ruidazo" por la 7722
En un mismo espacio se mezclaron los colores de la wipala de los pueblos andinos y las pancartas en defensa del agua.
En la misma Plaza Independencia, anocheció con el alarido boliviano de guerra: "¡fúsil... metralla... Bolivia no se calla!"; y el clamor de los ambientalistas: "¡el agua de Mendoza no se negocia!".
Así comenzó la semana que se irá afiebrando en la medida que suba el debate por la reforma de la ley 7722 que restringe la minería y es un símbolo del cuidado del agua dulce para los reclamantes.
Los residentes y descendientes del país del Altiplano se expresaron a favor del derrocado presidente Evo Morales y contra quienes ejecutaron el golpe en el estado plurinacional.
A la par compartiendo el mismo espacio y el micrófono los defensores de la ley 7722 que fueron presagiando lo que puede ocurrir mañana martes 19 las 9,00 ya frente a la Legislatura.
Todo pensando en que se puede llegar a tratar la reforma de la norma para hacerla flexible al desarrollo minero en especial en el uso de sustancias (soluciones de ácido sulfúrico o cianuro) para lixiviar los metales como el oro y el cobre.
Entre el millar de las personas convocadas en la plaza mayor corrió el comentario que será durante la sesión de los senadores, cuando se hará sentir con más fuerza el reclamo en la calle contra la modificación. Aunque los mismos legisladores peronistas ya anticiparon que no habrá tratamiento.
Cornejo y el reclamo en su pueblo natal
El ruidazo y las vigilias se multiplicaron a lo largo de la geografía provincial donde los ambientalistas se hacen fuerte.
Uno de los casos más representativos es la manifestación en defensa de la norma "antiminera" que se evidenció en Eugenio Bustos el pueblo natal del gobernador Alfredo Cornejo.
Allí, sobre la ruta 40 en la estación terminal de ómnibus, se reunieron dos mil personas toda una expresión de rechazo a la modificación en un espacio que rechaza la "minería contaminante".
Al mismo tiempo el mismo gobernador a cien kilómetros al norte de su pueblo decía que si durante su gobierno, que finaliza en 20 días, no hay consenso pleno en la Legislatura entonces no se reformará la norma.
Otra señal para entender por qué la reforma tan reclamada por los empresarios mineros y subsidiarios del sector no se tratará por más que ellos mismos se haya convocado a las 8,30 en la casona donde se tratan las leyes.