Seguimos en Santiago de Chile, ahora hablando con los comerciantes, afectados por las revueltas e incidentes que comenzaron hace justo un mes.
Comerciantes chilenos al Post: "Las ventas han bajado un 80%"
Este lunes se cumplió justo un mes desde que empezaron las protestas en Chile, motorizadas por el aumento del pasaje del metro por parte del gobierno de Sebastián Piñera. En realidad, el reclamo no fue solo por ello, sino que ese hecho en particular se configuró como "la gota que rebasó el vaso".
Y si hay un sector afectado por lo que ocurre en estas horas en las convulsionadas calles de Santiago, ese es justamente el de los comerciantes, que han sido víctimas de saqueos, pintadas y otro tipo de irracionales vandalismos.
"Uno entiende el enojo, pero los que nos atacan son tan afectados como nosotros por la desigualdad que se vive en el país. No puede ser que los chilenos nos hagamos tanto daño entre nosotros", dijo al Post con enojo la dueña de una pizzeria ubicada en calle Huérfanos.
"Lo peor es que esto no terminó y parece que está lejos de terminar", agregó con temor.
Lo mismo sostuvo el dueño de un bar ubicado en la emblemática Av. O'Higgins, a pocas cuadras de la Plaza Baquedano, donde confluyen cada día los violentos de siempre.
"Cada uno hemos tenido que tratar de protegernos para que no nos saqueen (...) Nos ha afectado bastante en lo económico, las ventas, han bajado un 80%", dijo a este diario el hombre en cuestión (ver video a continuación).
Su preocupación no cesa: "Corremos riesgo ahorita por los saqueos, (estamos) corriendo riesgo con las bombas lacrimógenas, con los perdigones...".
El dueño del bar, que ostenta pintadas de diversa índole, admite que la baja de ventas "no se recupera" porque "la gente que venía a comer venía de trabajar, los lugares de trabajo han sido afectados".
¿Se irá relajando la situación? ¿Se prevé que vayan mermando las protestas? Son las preguntas que le hizo el Post al afectado hombre.
"Eso no está viéndose todavía, esperemos que todo se calme, que protesten pacíficamente, que no haya saqueos", advirtió el comerciante, cuyo negocio ahora mismo se encuentra vacío.
El hombre entiende los reclamos, pero no justifica: "Se entiende que hay mucho descontento en el pueblo chileno, pero ahí hay muchos delincuentes que se aprovechan de esa situación".
Finalmente, luego de explicar que muchos negocios debieron cerrar para siempre, reveló que, de todos los negocios de la zona, "soy el único que se ha salvado de que lo saqueen".
Entretanto avanza la mañana, Santiago parece recobrar la normalidad luego de un fin de semana de locura. Aún es temprano para arriesgar pronósticos.
En el aire se respira lo áspero de la situación, que nunca se sabe en qué puede desembocar. Tal vez vuelvan los incidentes en un rato. Tal vez no ocurra nada. Solo Dios sabe...