El abogado querellante, Carlos Varela Álvarez, explicó al Post cómo es el proceso al ex ministro de salud, amigo del ex gobernador Pérez
Juicio a Matías Roby: ¿Empleado privilegiado o ñoqui?
Carlos Varela Álvarez es el abogado querellante en la causa contra el ex ministro de salud Matías Roby. La acusación sobre Roby ni es menor ni es intrascendente porque se trata de demostrar que un funcionario cobraba por no trabajar.
Esta semana, el juicio llegó a la etapa de alegatos y Carlos Varela quedó mudo cuando escuchó al fiscal de Cámara, Sebastián Capizzi, pedir la absolución del acusado y argumentar que Roby, en realidad, tenía "un régimen especialísimo de trabajo".
"Yo sentía la sensación de no tener ninguna esperanza después de haber escuchado el alegato del Ministerio Público Fiscal", confesó al Post el abogado.
"Es legítimo que tenga una opinión distinta pero nos sorprendió la manera en la que (Capizzi) hizo el alegato porque prácticamente lo hizo inculpando la labor de la doctora Ríos. Fue muy frontal esta especie de interna entre los fiscales, pero se olvidó que lo que hizo Ríos fue convalidado por la jueza de Garantías, la doctora Alonso", explicó.
"La verdad es que nos llamó la atención la forma en la que el fiscal valoró la prueba del juicio y cómo se omitieron pruebas fundamentales".
En este sentido, se refirió a diversas planillas que Roby mostró como pruebas de haber cumplido tareas pero que, a pesar de ello, hubo 171 días que no pudo demostrar que cumpliera tareas.
Varela Álvarez explicó que hay documentación que asegura que Roby dejó de trabajar cuando Beatriz Barbera asumió como secretaria de Deportes y, viendo que no prestaba funciones, decidió "devolvérselo" al ministro Saracco, ya que Roby estaba adscripto a Deportes pero era personal del ministerio que comandaba Saracco.
Sin embargo, el acusado presentó dos certificados emitidos por Martín Aveiro, entonces director de Alto rendimiento de la Secretaría de Deportes y hoy intendente de Tunuyán, en el que aseguraba que Roby prestaba funciones para su dirección. Pero las fechas no coinciden.
"Barbera atestigua que es imposible que Roby trabajara en Alto Rendimiento en la época que dice Aveiro porque ella era la autoridad de Deportes y tenía su oficina ahí, lo hubiera visto ir a trabajar", indicó el abogado querellante.
Ahí es donde aparece el "régimen especialísimo" que argumentaron los abogados del traumatólgo aduciendo que Roby había convenido recibir a los deportistas en su consultorio.
"No sólo no hay pruebas de ese supuesto convenio sino que, además usted no puede trabajar en su consultorio, porque entonces cualquier empleado público no se presenta a trabajar y dice que está trabajando en su casa", aclaró Varela Álvarez.
Lo cierto es que la Ley que reglamenta el empleo público pone una cantidad tope de inasistencias al lugar de trabajo para comenzar el proceso de despido.
"Con ese argumento ( la cantidad de inasistencias)Cornejo echó a varias personas durante su gestión y acá tenemos a un médico que tiene 171 días sin prueba de haber trabajado".
Roby entró a la planta del Estado en el año 1994. En ese momento cumplía funciones en el centro de salud Emilio Coni "de donde lo echan porque no iba a trabajar", indicó Varela.
Ahí fue cuando el traumatólogo logra que lo adscriban a Deportes, pero "desde hace años que Roby trabaja sin presentarse en el lugar de trabajo", precisó.
La semana que entra se definirá si Roby será absuelto como pidió el fiscal Capizzi porque podía trabajar desde su casa, o si lo encontrarán culpable de uno de los delitos más generalizados y menos penados de la política argentina: ser ñoqui.