Marcelo Cadile, empresario mendocino que hace 20 años vive allí contó cómo está la situación social y económica en ese país. Inmobiliarias, constructoras, comercios y turismo paralizados.
Chile irreconocible: "Todos dicen que si esto pasa a mayores se van a ir"
La semana que viene Chile cumplirá un mes de protestas ininterrumpidas en una realidad que jamás previeron, manifestaciones, destrozos, violencia y fuerte represión.
Marcelo Cadile, empresario mendocino que hace 20 años vive allí contó, en diálogo con el programa Te digo lo que pienso que conduce Ricardo Montacuto por Radio Nihuil contó cómo se vive este cambio de realidades en el país trasandino.
"Estoy confundido, sorprendido, un poco anestesiado por lo que está pasando. Chile cambió en un mes. Hay un sentimiento de rabia, impotencia y tristeza, pero es una realidad que estaba escondida debajo de la alfombra, no nos dimos cuenta de dónde venía esta cachetada, pero salió", contó Cadile.
"Hay gente que quiere dignidad, salud digna, educación digna, y eso es transversal a todos. Y por el otro lado están los que están haciendo los destrozos, pero también esos son nuestros hijos y creen que a través de la destrucción pueden ser escuchados. Son ellos los que están alzando la voz más alto, porque marchas ha habido muchas, pero recién ahora Piñera está escuchando", consideró.
Para el empresario, "el 80% de las empresas están trabajando menos horas, a las 4 de la tarde ya se paraliza todo. Los destrozos comienzan a la gente. La empresa que menos ha perdido ha sido del 40%. Los colegios están cerrando antes, adelantando finales, esto alteró todo. Los colegios privados están como en un oasis que sigue funcionando, no los ha afectado. Esos colegios tienen una cuota de entre 600 y 1000 dólares por mes".
"Todo estaba anestesiados, los temas macro estaban muy estables, pero en la distribución de esos ingresos, Chile está en el fondo de la tabla. Cuando vine siempre hablé con orgullo del sistema chileno porque tenía las reglas claras, difícil que acá alguien te venda sin factura, pero la distribución de esa riqueza no estaba distribuida", dijo.
"La violencia no está bien, pero a veces es lo único que uno tiene a mano".
Entre el mundo económico y empresario, Cadile contó: "Todos hablan de que si esto pasa a mayores no van a esperar y se van a ir, las constructoras e inmobiliarias están paralizadas, los paquetes turísticos se caen y los comercios pequeños no pueden abrir temiendo a los destrozos. Hay manifestaciones violentas que se están contagiando, la última fue en Arica, en el límite con Perú, y en el sur también".