El constitucionalista habló con el Post sobre las inquietantes manifestaciones de referentes K, como Moyano, Dady Brieva, Bielsa y otros, respecto del trabajo del periodismo.
Daniel Sabsay: "Están mostrando los dientes; el periodismo no debe achicarse"
Y de pronto, puntuales referentes del kirchnerismo decidieron avanzar sobre la libertad de prensa. Desde el pedido de una Conadep del periodismo, hasta el pedido de análisis de la "lupa" de la Comisión de la Memoria sobre el trabajo de la prensa, pasando por el pedido de "castigo" a los periodistas por parte de personajes de la talla de Jorge Rial y Hugo Moyano.
La preocupación se hizo carne y se manifestó en boca de propios y ajenos. ¿Son manifestaciones aisladas? ¿O todos se han puesto de acuerdo en dar pistas de lo que ya saben que vendrá?
El Post entrevistó a Daniel Sabsay, uno de los más reputados constitucionalistas, para tratar de encontrar respuesta a esas y otras preguntas. Por caso, ¿avala Alberto Fernández esas manifestaciones o las repudia?
"Eso es clarísimo: el hecho de que Alberto exclusivamente antes de las elecciones dijera que estaba en contra de la Conadep del periodismo, pero que no le pareciera mal un informe de la Comisión de la Memoria... no sé con cuál Alberto quedarme", sostuvo el abogado.
-¿Usted cree que estas manifestaciones de referentes K son manifestaciones aisladas?
-Para mí hay dos cosas: hay un sector, que es este, que es una mezcla de políticos presos con La Cámpora, con el ultra kirchnerismo, que tienen miedo que les empiece a "marcar la cancha" Alberto. Y hay otros que están seriamente involucrados en delitos o que están presos, entonces se entiende por qué lo hacen. "No te olvides de nosotros", le dicen. Pero las figuras que suenan para el gabinete son sumamente moderadas. Algunos como Gustavo Beliz dan un mensaje, es como ponerle un dedo ya sabemos dónde a Cristina. Fue un perseguido del kirchnerismo, es una persona que se tuvo que escapar, que no podía volver, que llamaba a las empresas Néstor Kirchner para que no lo tomaran. Vilma Ibarra, que escribió uno de los mejores libros contra el cristinismo. El mismo Lavagna. El propio Alberto se está mostrando súper moderado. Igualmente, es ambiguo: habla con Trump y se va a ver a López Orador. No condena a Maduro, pero dice que es un sistema autoritario. Bien peronista.
-¿Qué tan preocupado debe estar el periodismo frente a estas manifestaciones?
-Lo que pasa es que, como están mostrando los dientes, es lógico que el periodismo se asuste, es lógico. Pero a esto hay que criticarlo y salir adelante, de ninguna manera hay que achicarse.
-Más allá de lo que diga Alberto, ¿usted cree particularmente que el kirchnerismo va a volver a ser lo que fue respecto a su relación con los medios?
-Yo en general lo dudo y le explico por qué: no es simplemente un deseo, a ellos el 40% de la oposición -que podríamos agregar los poquitos puntos que sacó Lavagna, que estoy seguro que son antikirchneristas- les dio por los testículos. Por dos motivos, primero porque lograron una ocupación del espacio público que creían que era de ellos. Y lo segundo, se da un equilibrio que nunca se vio en un gobierno peronista, en las dos Cámaras, donde ahora tienen minoría. Ni Alfonsín tuvo eso. En la provincia de Buenos Aireas incluso tienen en contra a la Legislatura. Y perdieron en provincias donde ni se imaginaron como Santa Fe, Entre Ríos y San Luis.
-¿Entonces?
-Todo eso hace que yo no crea que puedan hacerse los locos, sé de algo que le dijo López Obrador a Alberto, que no es ningún "santito" pero que tiene mucho peso; le dijo: "Mirá, no critiqués lo que no vas a poder cambiar". Se refería a los procesos, me parece un dato clarísimo. El gran problema de la oposición en el kirchnerismo es que estaba tan absolutamente fragmentada que no había forma de pensar en alternancia y entonces la cantidad de carneros fue impresionante. Ahora eso no va a ocurrir.
-Es interesante el tema de las mayorías...
-Sí, porque si se les da la gana ampliar el número de miembros de la Corte necesitan una mayoría que no tienen en ninguna de las Cámaras, por ejemplo. Para poder lograr el necesario acuerdo en el Senado necesitan dos tercios, tanto para los miembros de la Corte Suprema, como para el Procurador General de la Nación.