La opción por el Brexit sigue teniendo mayoría en Reino Unido, pero en Escocia presionan para reconsiderar.
Johnson rechazó autorizar un nuevo referendo independentista en Escocia
A un mes y medio de las elecciones anticipadas que lo tienen como favorito, el primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, rechazó hoy autorizar un nuevo referendo independentista en Escocia, como el gobierno de esa región, mientras que el principal partido opositor, el Laborismo, cambió de posición y prometió que si gana, no lo prohibiría.
En 2014, en un referendo que dividió a Escocia prácticamente en dos y sembró de incertidumbre a todo el Reino Unido, la independencia perdió 55% a 45%. Uno de los principales argumentos para quedarse dentro del país fue que, de lo contrario, la región quedaría fuera de la Unión Europea (UE) y no podría volver por muchos años.
Por eso, cuando menos de dos años después, una ajustada mayoría de los ciudadanos del Reino Unido votó salirse de la UE, muchos escoceses, especialmente los nacionalistas liderados por la ministra principal y jefa del gobierno regional, Nicola Sturgeon, comenzaron a exigir un segundo referendo independentista.
Después de tres años de crisis política y tres gobiernos conservadores que no lograron concretar el Brexit, Sturgeon anunció esta semana que pedirá a Londres organizar un referendo sobre la independencia escocesa el mismo día de las elecciones anticipadas: el próximo 12 de diciembre.
"No creo que la gente de este país piense que los referéndum sean lo mejor para mantener la armonía", aseguró hoy en una entrevista con la cadena Sky News Johnson, el favorito según todas las encuestas para los comicios de diciembre, informó la agencia de noticias EFE.
Desde la oposición, en cambio, una vocera del Laborismo, Rebecca Long-Bailey, dejó la puerta abierta a la posibilidad de un segundo plebiscito en caso de que su partido llegue al poder.
"Si después de las próximas elecciones el gobierno escocés determina que quiere promulgar otro referendo y sacan adelante todo el proceso legislativo dentro de su propio Ejecutivo, entonces nosotros, como gobierno, no nos interpondríamos en su camino", afirmó Long-Bailey.
"No intentaríamos detenerlo, aunque, ciertamente, no haríamos campaña en ningún caso para que Escocia abandone el Reino Unido", aclaró.
En 2014, para habilitar el referendo independentista, el entonces primer ministro conservador, David Cameron, tuvo que hacer aprobar la ley que regula la autonomía de la región escocesa.
Pese a que, ahora en campaña, Long-Bailey abrió la puerta a modificar la ley para habilitar un segundo referendo independentista, hace unas semanas, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, había prometido que, de ganar las elecciones y formar gobierno, no cambiaría las normas de la autonomía escocesa en los "primeros años" de su gestión.
"Se suponía que el referéndum de 2014 era una oportunidad única en la vida", señaló Corbyn, aunque no descartó apoyar una consulta, que, no obstante, aclaró no será su "prioridad".
Las últimas encuestas pronostican que los nacionalistas escoceses de Sturgeon volverán a ganar la mayoría del Parlamento de esa región y, a nivel nacional, se ubicarían quintos.
En tanto, según la BBC, el Partido Conservador de Johnson sigue liderando los sondeos con una intención de voto del 37%, frente al Laborismo que obtendría un 26%, el Partido Partido Liberal Demócrata, un 17%, y el Partido del Brexit, un 11%.