Eduardo Lazari, historiador, aseguró que "no hay antecedentes de que Eva tuviera ningún tipo de práctica religiosa. Ella decía: 'Perón es Dios'".
Santa Evita: "No hay antecedentes de que tuviera práctica religiosa"
En el marco de los 100 años del nacimiento de María Eva Duarte de Perón, la segunda esposa de Juan Domingo Perón, la Confederación General del Trabajo (CGT) avanzó un paso más en su campaña para lograr la beatificación de Evita.
El Consejo Directivo de la central obrera le presentó una carta al cardenal Mario Poli, en la que se solicita que se inicie el proceso para convertir a Evita en santa. Ya se había intentado sin éxito en el 55.
Eduardo Lazari, historiador, explicó este viernes en diálogo con el programa Te digo lo que pienso que conduce Ricardo Montacuto por Radio Nihuil el largo camino hasta el descanso de Evita.
"El panteón de Eva Duarte está en una zona común del cementerio y pertenece a la familia Duarte por una combinación de dramas familiares, ya que la hermana de Eva se casó con el mayor Arrieta, ella hereda sus bienes, esta muere después de Eva, pero antes de su mamá y la madre termina como única heredera de ese mausoleo que se convirtió en el sepulcro de Eva, sus hermanos y su madre", contó Lazari.
"En 1971 se abre una negociación entre Lanusse y Perón y este pone como condición que le devuelvan el cadáver de su segunda esposa, el grado militar y sus pensiones. En Puerta de Hierro él recibe el cadáver de Evita. Estaba sepultado en Europa como María Maggi De Magistris. Esta es una de las acciones más infames: el no dejar descasar a los muertos en paz. Ella fue sepultada en diversos lugares, luego de que secuestraran su cadáver en el 55 y luego, cuando muere Perón, se roban el cadáver de Aramburu y se lo canjea por el de Evita que estaba en Puerta de Hierro. Luego se hizo una suerte de salón de exposiciones en la Quinta de Olivos, donde se exponía el cadáver de Perón y el de Evita para visitar", agregó el historiador.
"Ahora reposa con placa de acero y de mármol que solo dice 'Evita'"
Lazari también consideró que "la grieta que hay en la Argentina tiene mucho uso electoral por ambos sectores, que demostraron ser una mayoría impresionante. Se ha recompuesto el bipartidismo. Esta grieta es más sensible que racional o política".
"En el caso de Evita, fue como el primer símbolo de la justicia social y cumplía un carácter de ser la mala del equipo político, pero los discursos de los años 40 de Eva eran mucho más violentos que los discursos de hoy. El peronismo rompe con la corrección política y aparecen los discursos fuertes en forma pública. Ella tenía el valor de la autenticidad, lo que decía lo creía y tenía una especie de veneración por su marido. Este discurso generó una gran discordia que tiene que ver con los discursos anticlericales. Ella expulsó a las monjas vicentinas de los hospitales y las remplazó por enfermeras. No hay antecedentes de que Eva tuviera ningún tipo de práctica religiosa. Ella decía: 'Perón es Dios'".