Andrónico Luksic, uno de los más poderosos del país, anunció aumento de sueldos y llamó a sus colegas a imitarlo.
Ingeniosa propuesta de un empresario chileno para desactivar las tensiones
El empresario chileno Andrónico Luksic, uno de los más ricos del país, anunció hoy una mejora en los sueldos de sus empleados a partir del 1 de enero próximo, como medida para ayudar a finalizar la crisis que se mantiene en Chile desde el viernes pasado y que ha llevado al presidente Sebastián Piñera a decretar el estado de emergencia.
En su cuenta de Twitter, Luksic, presidente de Quiñenco, empresa matriz del Grupo Luksic (uno de los mayores conglomerados de Chile) escribió: "Las crisis se resuelven con acciones concretas. Nosotros como Grupo daremos el primer paso. A partir del 1 de enero de 2020 ningún trabajador directo de Quiñenco y sus empresas ganará menos de 500.000 pesos (unos 700 dólares)".
Remarcó que "no son muchos en esa realidad, pero desde enero no será ninguno. Subamos los estándares" y llamo a "que más empresas se puedan sumar".
También hizo un llamado a todo Chile, "cada chileno en su medida, en su campo de trabajo o en su desarrollo profesional, puede dar un primer paso. Todos podemos ayudar de algún modo. Cada cual sabrá cómo. Por un Chile mejor de verdad".
Esto se da en el contexto de los choques intermitentes entre manifestantes y fuerzas de seguridad que se dieron durante este martes, en el quinto día desde el inicio de una revuelta popular en Chile que dejó 15 muertos, cientos de heridos y más de un millar de detenidos.
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Los disturbios estallaron en uno de los extremos de la emblemática Plaza Italia, escenario de históricas movilizaciones en Santiago, donde miles de personas se concentraron para exigir mejoras en los sistemas de pensiones, salud y educación.
Aunque el grueso de los manifestantes se mantuvo en una postura pacífica, en un momento se vio a grupos de personas corriendo para escapar de las nubes de humo generadas por las granadas de gas lacrimógeno que lanzaron los agentes de las fuerzas de seguridad, quienes actuaron protegidos detrás de varias tanquetas blindadas.
Grupos de manifestantes desafiaron el uso de la fuerza y enfrentaron a los carabineros con piedras o sencillamente parados con los brazos en alto frente a las tanquetas, que por momentos quedaron cercadas entre dos grupos de manifestantes.