Después de los incidentes en Chile, el canciller Jorge Faurie consideró que "hay gente organizada" para "desestabilizar a los procesos políticos". Pichetto y Patricia Bullrich opinaron igual.
El gobierno cree que los incidentes buscan "desestabilizar" procesos políticos
El canciller, Jorge Faurie, advirtió hoy que en América Latina "hay gente organizada" para "generar situaciones de extrema violencia" y "desestabilizar a los procesos políticos".
Tras los incidentes frente al Consulado de Chile en Buenos Aires, el ministro de Relaciones Exteriores y Culto afirmó que "hay como un manual que alguien lee sobre cómo hacer este tipo de manifestaciones".
"Es un afán destructivo con manifestaciones anárquicas. Ni siquiera veían de quién era la cámara y lo pateaban de manera criminal. Fue muy cruel y mostró una técnica peculiar de enfrentarse a los periodistas", cuestionó el funcionario nacional. En este sentido, Faurie definió a la Avenida 9 de Julio como "una especie de campo de entrenamiento de este tipo de manifestaciones".
Nada de esto fue un error... para el gobierno
"Hay gente organizada, métodos calcados para actuar y generar situaciones de extrema violencia y generar un caos institucional para desestabilizar a los procesos políticos", sostuvo el titular del Palacio San Martín.
Por otra parte, el jefe de la diplomacia argentina cuestionó las declaraciones del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, Diosdado Cabello, al resaltar que "hay claramente una intención de intervenir y estar presentes en la vida institucional, política y social de otros países".
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"Nos amenazan con un huracán bolivariano y el huracán bolivariano nos va a traer hambre, pobreza, falta de libertad y dictadura", agregó.
Faurie se sumó de esta manera a otros dirigentes del oficialismo, como el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Pichetto, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que también cuestionaron la supuesta "injerencia" de Venezuela y Cuba en las protestas de Chile y de Ecuador.
En Mendoza se replicó la violencia
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