Una voz en off pidiendo orden, un inflable de Cristina Kirchner y saludos cordiales entre rivales.
Las perlitas que dejó el segundo debate presidencial
El tema de la corrupción generó los cruces más picantes de los candidatos presidenciales, especialmente entre Mauricio Macri y Alberto Fernández, que chocaron espadas a lo largo de todo el debate que se desarrolló anoche en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, el cual, durante poco más de dos horas, atrajo las miradas de todo el espectro político del país.
A una semana de las elecciones presidenciales, unos 900 asistentes, entre dirigentes y asesores políticos, representantes de los tres poderes del Estado y organizaciones de la sociedad civil, conformaron un auditorio que, en absoluto respeto y silencio, siguió las alternativas del debate entre los seis postulantes; una suerte de segunda parte del contrapunto realizado la semana pasada en la Universidad del Litoral, en Santa Fe.
Como sea, este segundo debate mostró algunas particularidades, incluso en bambalinas:
La voz en off que ordenaba a la platea
"Tomen asiento por favor. Veo gente parada. Es una transmisión muy importante", decía una voz en off imperativa y desesperada en los pocos minutos de cortes del debate presidencial, que los presentes aprovechaban para pararse, recorrer los pasillos e intercambiar ideas.
Charlas y saludos más allá de la grieta
A contramano de las acusaciones y desaires que Mauricio Macri y Alberto Fernández se hacían sobre el escenario, antes del comienzo del debate y en los intervalos se pudo ver saludos y charlas distendidas entre dirigentes del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio.
Cuando arribó al salón, el candidato a vicepresidente oficialista Miguel Angel Pichetto se saludó con un apretón de manos con dirigentes como el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y el diputado nacional y ex jefe de la UIA José de Mendiguren, que estaban sentados en la fila detrás suyo. Y en uno de los cortes se pudo ver a Diego Santilli departiendo amigablemente también con Insaurralde y el dirigente porteño y diputado ultrakirchnerista Juan Cabandié.
Los atriles, bien lustrados
Los cortes en la transmisión televisiva también eran aprovechados por personal de limpieza que, franela en mano, se dedicaba a lustrar los seis atriles en los que los candidatos exponían con vehemencia sus ideas, munidos solamente por papeles en blanco y lapiceras.
Las mujeres de los candidatos, en primera fila
La primera dama Juliana Awada siguió con atención las intervenciones de Mauricio Macri en el debate, sentada en la primera fila junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña; el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, y el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba.
Justo detrás estaba sentada la pareja de Alberto Fernández, Fabiola Yáñez, con un vestido blanco corto, acompañada por Santiago Cafiero y Juan Courel, ex secretario de Comunicación Pública del ex gobernador bonaerense Daniel Scioli.
El cruce virtual entre Espert y Grabois
"Piquetero que corta, piquetero preso. Así que cuidate Juan Grabois", dijo José Luis Espert al hablar de los cortes de calle. A los pocos minutos, el líder de la Ctep le respondió por Twitter: "Espert me amenaza en el debate (qué miedo) A su favor: por lo menos tiene su (malas) convicciones de derecha, no es un farsante como Macri".
Cristina Kirchner no estuvo, pero un inflable macrista la recordó
Había especulaciones sobre si asistiría o no. Pero finalmente, la gran ausente de la noche fue la candidata a vicepresidenta del Frente de Todos, Cristina Fernández de Kirchner.
Militantes de Juntos por el Cambio llevaron un inflable con su imagen, vestida como presidiaria, que instalaron en las puertas de la Facultad de Derecho de la UBA.