Sufrió maltrato psicológico, gritos y menosprecio. Ahora padece lo que pasan muchas mujeres separadas: no hay cuota alimentaria y se manipula a los hijos. El infierno más difícil de denunciar y de resolver en la justicia.
Julieta Prandi contó el suplicio que vive y por qué teme por sus hijos
Julieta Prandi (38) se animó a denunciar a su ex marido Claudio Contardi (51) por violencia familiar, y anoche contó en una entrevista cómo fue el suplicio que ha vivido durante años y cómo ahora enfrenta las torturas de muchas madres separadas: falta de pago de cuota alimentaria (violencia económica), manipulación de sus hijos de 8 y 4 años y desprotección.
Contardi, por ejemplo, convive en la casa que es también de Prandi con Cynthia, su actual pareja, y le dice a su hijo Mateo (8) que es la niñera.
En una charla con Infobae, la actriz detalló que el padre le obliga a los hijos a llamar a Julieta "la yegua", "la putita" o "la tilinga".
"Cuando yo lo llamo por teléfono a mi hijo para tener comunicación con él, el padre está supervisando esas conversaciones, está delante de él. Le dice cuándo tiene que cortar, lo que tiene que decir, tiene prohibido decirme que me quiere o que me extraña", dice Prandi.
Contardi también entrena al chico para que diga en un juzgado que la mamá le pega, y Mateo le ha confesado a Julieta que le tiene miedo al papá.
La justicia, por ahora, ha declarado una perimetral: él no puede estar a menos de cien metros de ella, por lo que ahora Cynthia es la que retira a sus hijos. Y Prandi no la conocía.
Julieta empezó a pensar en separarse en 2018, pero fue un año después que dejó la casa.
Según ella, él primero amenazó con suicidarse, después dijo que estaba mal de salud y que tenía una enfermedad grave y después que él iba a quedarse con la casa que compartían y los chicos.
"Él siempre fue una persona muy celosa, muy controladora, muy posesiva", dice Julieta sobre su ex.
Violencia económica
Mientras ella estaba a punto de dar a luz, él le hizo poner su departamento a nombre de un hijo llamado Ezequiel, de un matrimonio anterior, argumentando que así iban a comprar una casa entre los dos.
Hoy, su departamento está a nombre de Ezequiel y la casa que presuntamente compraron con su departamento a nombre de su ex. "Yo confiaba ciegamente", asegura.
Además, ella le firmó un poder, y durante años é le manejó la plata que ganaba.
"Eso me trajo graves problemas económicos", dice. Ya asesorada, en diciembre hizo que ese poder terminara.
"El siempre fue una persona muy celosa, muy controladora, muy posesiva. No me dejaba actuar. Era una persona que me llevaba y me traía, no me dejaba manejar, controlaba mis tiempos, controlaba mis horarios", afirma.
"Nunca quiso que yo manejara: que en la Panamericana se mata mucha gente, que el bebé, que no sé qué. Cuestión que Julieta no maneja, Julieta no sale, y ahí estamos dos años: 2016 y 2017".
La situación llegó al extremo tal que a Prandi le salió un trabajo en Uruguay, pero cuando estaba por partir, el marido le quitó la billetera con los documentos.
"No podés irte, yo no me voy a quedar con los nenes", la amenazó.
Al día siguiente desapareció su teléfono. "Estaba desayunando y escucho que me dice ?me voy a la farmacia con los nenes'. Cuando bajo, no estaban ni él, ni los nenes, ni mi teléfono. Yo estaba en pijama. Salí a la calle, me fui a un locutorio en la estación de Martínez y lo llamo por teléfono. Le digo que vuelva con mi teléfono urgente. Me dice que estoy loca. Entonces regresa a casa con los nenes y yo estallo: ?¡Que aparezca mi teléfono porque van a ir todos presos!'. Entonces Mateo dice: ?Papá, ¿por qué mamá dice que vamos a ir todos presos?', y se larga a llorar. Entonces yo le expliqué a Mateo que no me refería a él sino a Claudio y a Lorena por lo que me habían hecho...", cuenta Julieta.
Mientras, su ex marido empezó a filmar a su hijo mientras lloraba y preguntaba eso.
El teléfono de Julieta apareció a las pocas horas metido en el freezer, escondido abajo de las carnes y completamente roto.
.Otros sutiles maltratos que vivió Prandi fueron descalificaciones, a las que las mujeres deben estar atentas y son muy difíciles de denunciar.
"Ya estás vieja, vos qué vas a hacer sin mí... si no servís para nada", por ejemplo.
"No vas a cumplir más años porque vas a recibir una corona".
Ahora ejerce a violencia como ex: no paga todavía la cuota de alimentos que fijó la justicia, está notificado por el juez desde marzo. No paga la prepaga, la tarjeta de las cosas para los chicos, el colegio.
Julieta pide ayuda y asegura que hoy la víctima son los chicos.