Hernán Tamargo estuvo cuatro días privado de su libertad por tener un blíster de clonazepam.
A un argentino preso en Omán lo salvaron Maradona y Messi
La historia de Hernán Tamargo es increíble. Estuvo detenido en Omán por tener clonazepam y gracias a ser argentino lo llamaban "Maradona", le hablaban de Messi y le mostraban videos de Mascherano.
Viajó a Medio Oriente y, si bien nunca consumió clonazepam, su mamá le insistió que llevara el psicofármaco porque lo veía deprimido por una ruptura amorosa.
Como contó en una entrevista exclusiva a La Nación, Tamargo estudió Ciencias Políticas, viajó a la India y enseñó en una escuela rural a cambio de comida y hospedaje. Llegó a Omán en 2017 haciendo escala en su viaje hacia Kenia y jamás imaginó lo que le ocurriría.
No lo sabía, pero el psicofármarco estaba prohibido en Omán desde hacía tres meses. Incluso está prohibido el ingreso de turistas que lleven bebidas alcohólicas. "Además tenía dos paquetes de yerba, lo que empeoró la situación", relató el protagonista.
Tamargo contó que uno de los guardias era muy violento y quería que confesara que era un adicto, que se inyectaba heroína y que fumaba marihuana. La situación lo llevó a llorar y a otro guardia "le dio lástima" y se puso a mostrarle videos de Javier Mascherano jugando en la Selección Argentina y en Barcelona.
Durante cuatro días estuvo encerrado y sólo lo dejaban salir de la celda para ir al baño. Le prometieron que si los estudios de orina detallaban que "estaba limpio", lo liberarían. El examen confirmó que no tenía sustancias tóxicas pero siguió detenido. Lo interrogaban de forma agresiva y hasta tuvo que romper, después de siete años, su vegetarianismo. No lo dejaron realizar ningún llamado telefónico.
En las celdas había dos grupos, los de India y Bangladesh y los árabes. "Los árabes creían que era paquistaní, porque era muy blanco para ser de la India. Cuando a uno le dije que era argentino se quedó boquiabierto y me dio un apretón de manos. Me empezó a hablar de Lionel Messi y de Barcelona", recordó.
"Ey, Maradona, te llaman para interrogarte", le decía un guardia cada vez que quería dirigirse a él porque no recordaba su nombre.
Después de cuatro días fue liberado. Antes de irse, un guardia se disculpó con Tamargo por la imagen que se iba a llevar de Omán y que la próxima vez que visitara el país le iba a hacer un city tour.