En las última semana Instagram ha censurado fotografías artísticas y cerrado varias cuentas de influencers activistas feministas que brindan información sanitaria y luchan contra el racismo.
Instagram censura pezones, feministas y negras
Si no se ve, no existe
El caso más resonante entre las redes feministas fue la de médica Sol Ferreyra, conocida en Instagram por su usuario @sol_despeinada, que cuenta con 100 mil followers aproximadamente. El jueves pasado Sol inició una encuesta en sus historias, pedía que cuenten cuál era la peor experiencia sexual que habían tenido.
Cómo un aluvión, comenzaron a llegar las respuestas de las seguidoras. Los resultados eran variados: desde relaciones sexuales sin placer, hasta abusos y violaciones perpetradas por novios, esposos y familiares en su mayoría. Las historias removían los estómagos de quien las leyera y Sol se tomó el trabajo de reaccionar a cada una de las respuestas. Indignada, cómo suele hacer en todas sus dinámicas en las que surgen temas como estos, aclaraba todo el tiempo que las relaciones forzadas son violaciones, que "si te obliga no te ama" y que nadie debería obligar a nadie a mantener relaciones que no desea.
Se viralizó. En Facebook y Twitter comenzaron a crearse hilos con capturas de las historias. Fue en ese momento en el que Instagram, sin previa advertencia y sin ningún motivo, cerró la cuenta. En ningún momento se expuso desde la red social las razones por las que Sol Despeinada no podía subir contenido, que no eran ni más ni menos que testimonios reales de las Mujeres sobrevivientes de abuso.
Lo tremendo va más allá de la pérdida de una cuenta. Lo que hace la influencer es mucho más que generar contenido entretenido, entre las publicaciones de @sol_despeinada se pueden encontrar post con información para prevenir ETS, ITS, embarazos, etc. Además se pueden visualizar infografias y videos de concientización sobre enfermedades ginecológicas y clínicas que pueden afectar a las mujeres y personas con vulva en general.
La censura y cierre de una cuenta de esta naturaleza es un llamado de atención, un disciplinamiento y nos recuerda que "lo que no se dice y no se ve, no existe". ¿Es política de Instagram y Facebook censurar la problemática de las mujeres y disidencias? Probablemente si, y este no es el único ejemplo.
Los pezones de Marilina
Ofensivos, de contenido sexual o pornográfico. Así se definieron los pezones de la cantante ganadora del Gardel de Oro, Marilina Bertoldi, que tocó en uno de sus recitales solo con un saco que dejaba ver sus pechos al aire.
Marilina es transgresora, no en cuanto a moda, porque Iggy Pop ya había usado el mismo outfit alguna vez, sino porque se atrevió a hacer lo mismo que un varón. Andar en cuero entre la gente y que se vea lo que se tenga que ver.
Ante la astucia y el atrevimiento de Marilina, Instagram reacciono censurado y bajando sus pezones de publicaciones e historias de fotógrafas y fans. Eso si, si eran tapados por algún sticker o gif, podían permanecer online.
La política es clara: no se permiten fotos de pezones femeninos a menos que sean de mujeres amamantando o fotos de cicatrices de matectomias. Así de claro también queda el criterio de la red social, se aceptan mujeres sin senos o madres, nada de expresiones de libertad o igualdad, que los pezones femeninos no son iguales a los masculinos.
Macho y blanco
Cómo si censurar cuentas de información sanitaria para mujeres y cuerpos femeninos no fuera suficiente, Instagram también se mete con otro tipo de activistas, cómo son las personas que luchan contra el racismo en Argentina. Este es el caso de Jennifer Parker, militante por los derechos de las personas afrodescendientes a quien le cerraron su cuenta el pasado jueves. ¿Qué norma de Instagram infringió? No lo sabe porque no ha recibido ningún tipo de explicación.
"Nadie nunca me dio una explicación de nada. Todo fue a raíz de unas historias que hice comparando el video de kiddo toto "choque el auto de papa" con el kkk, porque hace referencia a eso. Además usa mal el lenguaje a la hora de decir nigga, palabra que las personas blancas no pueden ni deben decir", afirmó Parker.
Queda claro que esta medida que coarta la libertad de expresión de una activista, no es una cuestión de "racismo". De ser así, varios famosos y famosas que han subido fotografías "artísticas" practicando blackface (*) deberían haber sido censurados o penalizados por la red social. Las acciones poco parejas de Instagram hacen pensar en las razones que puede tener la red social (o Facebook, que también ha censurado publicaciones) para retirar los reclamos de una activista afrodescendiente y cerrar su cuenta.
En la época en que los movimientos latinoamericanos de mujeres y redes de apoyo, agrupaciones de afrodescendientes que luchan contra el racismo y otras tantas han hecho de las redes sus trincheras, medios de comunicación, organización y visibilizacion, las políticas punitivistas, moralistas, machistas y racistas son un retroceso enorme en el ejercicio de la libertad de expresión, la denuncia y un bozal simbólico a las voces de las mujeres, las personas afrodescendientes y otras minorías.