La UBA y el Conicet alertaron que un desplazamiento del bosque sumergido aumenta el peligro de un "lagomoto". Quieren que se tracen planes de seguridad y evacuación como los que existen en Chile.
Riesgo de tsunami en Villa Traful: piden que el Estado haga algo
La noticia de un posible tsunami en Nequén, donde no hay mar, pareció al principio un chiste, pero toma cada vez más fuerza con el reclamo de científicos que piden que el Estado comience a trazar planes de contingencia y de evacuación ante la eventualidad de un "lagomoto".
Andrés Folguera, investigador del Departamento de Ciencias Geológicas de Exactas UBA y uno de los autores de la publicación que alertó sobre un riesgo de tsunami en la paradisíaca Villa Traful, explicó que el bosque sumergido es una muestra de que la tierra se desplaza cada vez más y acabará moviendo el agua.
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"Esto puede ser el año que viene, este año o dentro de decenas de años. Nadie lo puede predecir. Lo que merece es atención o un monitoreo que hasta ahora no se ha producido", advirtió el científico a TN.
"Es fundamental que actúe el Estado, porque si hay un monitoreo persistente se puede determinar el momento en que el proceso se empiece a desarrollar. Y se pueden implementar planes de evacuación y mitigación de los daños", señaló Folguera.
La noticia del tsunami, o el "lagomoto", fue publicada en el Journal of South American Earth Sciences.
"En años recientes, los pobladores de Traful observaron cambios en el frente del bosque sumergido, como ciertos desplazamientos de roca hacia el lago. Para verificar esos movimientos, realizamos tres viajes al terreno: el primero en 1995, luego en 2010 y 2017", contó Federico Carballo, becario doctoral en Exactas UBA bajo la dirección de Folguera, y primer autor del trabajo que se publicó.
El bloque de roca en cuestión mide unos tres kilómetros de ancho y diez de largo y, según los cálculos realizados, se está desplazando a unos 36 centímetros anuales, un movimiento muy rápido que da cuenta de la magnitud del proceso.
A partir de conversaciones con los pobladores, se pudieron identificar los cambios producidos en los últimos años. Carballo señaló que, en un período de 22 años, los árboles se hundieron unos ocho metros. Hay árboles que medían quince metros y están totalmente debajo del agua.
La noticia, que parece un disparate, tiene sustento: en 1960 un lagomoto sacudió a Bariloche y se llevó puestos varios muelles y embarcaciones.