El Diez vuelve al fútbol argentino, donde fracasó como técnico. El anuncio revolucionó al país.
Maradona y los espejitos de colores de un país bananero
Se confirmó lo que se suponía y Diego Maradona es el nuevo director técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata. El Diez firmó un contrato por un año lleno de excepciones y licencias dignas de una figura de su calibre, para bien... y también para mal.
El regreso del astro para dirigir en Argentina revolucionó al país e incluso renovó las esperanzas de los hinchas del Tripero, el equipo más comprometido con el descenso que tiene hoy la Primera División. El castillo de cristal que genera Diego eclipsó sus anteriores fracasos como entrenador por estos pagos.
La Superliga gana con el arribo del campeón del mundo en México '86 un golpe marketinero importante, a tal punto que los simpatizantes del Lobo se agolparon en la puerta del club para hacerse socios debido a que el equipo platense solo jugará de local con los hinchas que abonen su cuota todos los meses.
No obstante el fútbol argentino pierde la poca seriedad que le quedaba con la figura de una persona que solo aporta espejitos de colores a una liga que viene hace varios años con respirador artificial.
El contrato de Diego contempla viajes en medio del torneo y ausencias en entrenamientos y partidos. Todo muy digno de un país bananero.
La presencia de Diego colaborará para un circo mediático que disfrutará el tiempo que dure este ciclo para entretenerse un buen rato. Pero ningún club serio aceptaría tales condiciones como que el técnico no esté en todos los entrenamientos, se vaya a Venezuela y Bielorrusia en medio del torneo por compromisos contractuales, que tenga una casa cerca del predio "por las dudas" o que el DT sea la pantalla para otro sea el que verdaderamente trabaje, en este caso Sebastián Méndez.
Hay que ver cuánto dura la apuesta y hasta cuándo llega la tolerancia y la paciencia generada por la emoción del momento, cuando los resultados no empiecen a ser los esperados. O quizás, por qué no, Maradona logra el milagro y Gimnasia reacciona y termina haciendo una campaña histórica para evitar el descenso.
Diego viene de un buen proceso en Dorados de Sinaloa, en la segunda división de México. Quizás, por primera vez como entrenador, tenga resultados positivos y cumpla los objetivos propuestos.
El tiempo y la pelota lo dirá, esa misma caprichosa que el Diez llenó de amor en la época donde volaba esquivando patadas y despertando suspiros en las canchas de todo el mundo.