La defensa de la joven había apelado el fallo pero la Cámara de Casación rechazó el pedido.
La Justicia ratificó la condena a prisión perpetua a Nahir Galarza
Nahir Galarza deberá cumplir la condena a prisión perpetua que le impusieron por el crimen de Fernando Pastorizzo, cometido en 2017, según confirmó este miércoles la Cámara de Casación Penal de Concordia al rechazar el pedido de la defensa para que el hecho sea considerado un "homicidio culposo".
Según diario Reporte 2820 de Entre Ríos, los jueces Darío Perroud, Silvina Gallo y Aníbal Lafourcade rechazaron por unanimidad la apelación del fallo.
El abogado de Galarza, José Ostolazza, había argumentado que el Tribunal que condenó a la joven "no hizo lugar" a la supuesta violencia de género que Pastorizzo pudo haber ejercido sobre su defendida.
Galarza tiene 20 años y fue condenada a prisión perpetua el 3 de julio de 2018 por el homicidio de Pastorizzo, ocurrido en la madrugada del 29 de diciembre de 2017 en Gualeguaychú. Está alojada en la Cárcel de Mujeres de Parará.
El joven (21) fue hallado sin vida al lado de su motocicleta. Recibió dos disparos de una pistola calibre 9 milímetros y uno de los impactos ingresó en la zona del corazón sin salida por la espalda.
Según la agencia Télam, el fiscal coordinador de Gualeguaychú, Lisandro Beherán, quien intervino en el debate oral junto a Sergio Rondoni Caffa, sostuvo que debía confirmarse la sentencia, que "no se afectó el debido proceso" y que Galarza "no era víctima de violencia de género". En la misma línea se pronunciaron las querellas de parte del padre y la madre de Pastorizzo.
Tras realizar una "revisión íntegra" de la condena impuesta a Galarza por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú el año pasado, los camaristas resolvieron rechazar el recurso de apelación.
Por ese motivo la joven continuará cumpliendo su condena a prisión perpetua por "homicidio calificado por la relación de pareja" de Pastorizzo, que aún puede ser apelada por la defensa ante el Tribunal Superior de Justicia entrerriano.
Inicialmente, al declarar como testigo, Galarza dijo que había visto a su ex novio la noche anterior al crimen, aunque ante la sumatoria de indicios en su contra quedó detenida y en una segunda declaración reconoció que lo había matado pero que había sido de manera "accidental".
La estrategia de la defensa apuntó a demostrar que Galarza y Pastorizzo no habían tenido una relación de noviazgo y que la joven había sido víctima de violencia de género, aunque durante el juicio no se logró comprobar ninguna de esas hipótesis.