El juicio por los abusos en el instituto Próvolo debió suspenderse momentáneamente porque uno de los curas no escucha.
Abusos en el Próvolo: arrancó la segunda audiencia con varios planteos
El juicio por abusos sexuales en el instituto Provolo paso a un cuarto intermedio luego de que la defensa del imputado Nicola Corradi rechazara la propuesta del uso de auriculares, ante las quejas del cura imputado por dificultades en la escucha.
Al comenzar la jornada, el Tribunal se dispuso a resolver el primer planteo de la defensa, sobre la transcripción de los testimonios para el imputado Corradi. "Se ofreció que en lugar de realizar transcripción se hiciera uso de auriculares, pero al realizar una prueba con auriculares esta no funcionó", informaron esta mañana desde el Ministerio Público Fiscal.
En segundo lugar "se ofreció brindar copia audiovisual de lo que pase en la jornada del juicio, pero también fue rechazado por la defensa oficial del imputado porque no brinda una legítima defensa a su defendido".
La querella propuso usar taquígrafos, citando como antecedente las audiencias del condenado Jorge Bordón, ex empleado sordomudo ya acusado en este juicio. El tribunal pasó a un cuarto intermedio para definir la situación.
Como publicó el Post, este lunes los dos curas y el jardinero acusados se negaron a declarar. La defensa de los acusados solicitó que las víctimas testifiquen directamente ante el tribunal, lo que fue rechazado por la querella, en un planteo que se resolverá hoy.
"Nos opusimos porque durante la instrucción ya declararon en Cámara Gesell", explicó Oscar Barrera, uno de los abogados de la querella al terminar la audiencia.
Los dos religiosos acusados son Nicola Corradi, italiano de 83 años, y Horacio Corbacho, argentino, de 59, y el restante imputado es Armando Gómez, de 49, mientras que hubo un cuarto que ya fue condenado y un quinto declarado inimputable.
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A Corbacho se lo imputa por 16 hechos, a Corradi por seis y a Gómez por otros seis, en una causa que tiene una decena de víctimas, y por los cargos que pesan sobre ellos podrían recibir condenas de hasta 50 años de prisión.
El juicio se desarrolla a puertas cerradas y analizará 43 hechos con testimonios de 13 víctimas en un proceso que puede durar dos meses.
El fiscal Gustavo Stroppiana remarcó que "decir cuánto va a durar es difícil, porque depende de la decisión del juez y qué queda de todo ese marco preparatorio".
"Por eso no puedo aventurar cuánto va a durar el juicio, pero aparentemente van a ser seguidos los días, de lunes a viernes", agregó Stroppiana.