Cornejo fue mesurado cuando evaluó el fallo de la Corte sobre la reelección indefinida de los intendentes. Pero encendió una alerta ante una amenaza "populista" con la Carta Magna mendocina.
Reformas mendocinas: El temor a una "Constitución hippie"
El sábado 3, a la mañana, se escuchaba la voz congestionada de Alfredo Cornejo. El gobernador siente el trajín de la campaña de las PASO nacionales que él encabeza en Mendoza como precandidato a diputado nacional, la que finalizará el viernes 9 a las 8:00 hs.
Hace 3 días lo llamaron desde radio Nihuil y el conductor del espacio, Carlos Hernández lo consultó sobre el fallo de la Corte local que el día anterior se dio a conocer, limitando las reelecciones y reinterpretando de hecho las mayorías necesarias para enmendar la Constitución.
La sentencia del Alto Tribunal definió que la aplicación de la enmienda del artículo 198 de la Constitución Provincial (CP) era válida.
El texto fue reformado en 2009 durante el gobierno del peronista Celso Jaque y promulgado por la administración de Cornejo en noviembre de 2018.
Allí se definió que los intendentes de Mendoza solo podrán acceder a una reelección consecutiva.
Pero el reclamo de los peronistas jefes territoriales no apuntó a la reforma sino hacia el referéndum que se realizó hace diez años y que determinaría si la enmienda debía implementarse o no.
Dijimos el viernes 2, sobre la esperada sentencia de la Corte:
"Hasta ahora y de acuerdo a un fallo de la Corte en 1989 una reforma constitucional sería válida si se lograba la mitad más uno de los votos positivos tomando como base al número de empadronados, lo que generaba una gran dificultad para aplicar enmiendas a la Carta Magna. Los jueces supremos con este fallo reformaron este criterio.
"En el cuerpo de magistrados ganó la postura que se deben tomar la mayoría de los votos positivos sobre la base los votantes que se presentaron en aquel referéndum de hace diez años".
La puerta para la reforma de la CP
Lo que queda claro en este zarandeo judicial, es que se terminó modificando el criterio de mayorías en un plebiscito y eso abre ahora la posibilidad real de reformular por enmienda (de a un artículo por vez) o por reforma integral la Carta Magna mendocina.
La voz averiada de Cornejo transmitió su advertencia política.
Lo que quiere Cornejo es que se utilice el mecanismo de la reforma por artículo porque considera que la Constitución de Mendoza es buena, aunque admite que hay que aggiornarla después de 103 años de su redacción.
Contra el "hippismo" creciente
Cornejo enfatizó su temor que los humores "populistas" que están tan extendidos, de acuerdo a su estimación, terminen por hacer una Constitución populista. O sea, podríamos afirmar en un sentido más gráfico que el gobernador no quiere una Constitución "hippie".
El mandatario contextualiza su análisis cada vez que puede y remite con tono de campaña el peligro que es caer en las seductoras propuestas del populismo encarnado aquí por el kirchnerismo.
Los temores implícitos refieren al ambientalismo, un posible rango constitucional de la ley 7722, derechos difusos, asistencialismo, o cualquier otra aventura de pronóstico difícil.
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Esa mirada la aplica para evaluar cómo se utilizará esta herramienta que el Alto Tribunal le otorgó para una modificación constitucional de modo más flexible.
A propósito, Anabel Fernández Sagasti, la candidata peronista a gobernar Mendoza ya avisó que si gana la elección del 29 de octubre impulsará una reforma integral de la Constitución local.
Mientras el colaborador directo de Cornejo en materia jurídica y judicial, Marcelo D'Agostino, subsecretario de Justicia, puntualizó que ahora hay que promover la reforma para que el gobernador pueda reelegirse una sola vez consecutiva del mismo modo que los intendentes.
De esta manera quedarían equiparadas las posibilidades y limitaciones para los cargos ejecutivos en Mendoza.
Pero como quedó claro en la mañana de sábado, Cornejo quiere "conservar" a la Constitución y preservarlas de la ola "hippie".