Los restos del niño inca fueron encontrados de casualidad por un grupo de andinistas en 1985. Aseguran que se mantiene en perfecto estado de conservación gracias al trabajo científico.
La momia del Aconcagua, el misterio que desvela a científicos de todo el planeta
En el año 1985 se produjo un hallazgo arqueológico sin precedentes en Mendoza: un grupo de montañitas encontró los restos de un niño Inca que estaba en perfecto estado de conservación en medio del Aconcagua. A más de 30 años de ese suceso, se siguen estudiando las formas de vida de ese pueblo latinoamericano que fue considerado un imperio.
Nicolás García es periodista y se ha dedicado de lleno a los estudios arqueológicos. En conversación con Te digo lo que pienso, el programa que conduce Ricardo Montacuto por radio Nihuil, García relató que se trató de un rito religioso en el que entregaron al niño como una ofrenda.
García explicó que el pequeño murió de un golpe en la cabeza, y al costado tenía una fuerte compresión a un costado del cráneo. Según comentó el periodista, alrededor de los restos había estatuas pequeñas, comida, varias capas de ponchos y adornos característicos. En su visión, las vestimentas ayudaron a comprobar que se trataba de un niño de una familia noble.
El descubrimiento permitió saber cómo vivían los incas. García contó que era un pueblo caminante. El sacrificio fue en el año 1500 y de acuerdo con la información que puso tener la Universidad de Compostela junto con el equipo Argentino de Antropología Forense, el niño perteneció a un linaje humano que se formó hace unos 14.300 años y que ya no existe sobre la faz de la Tierra.
"Podían estar a 5300 metros de altura con alpargatas", comentó el hombre. En este sentido, relató que gracias a eso lograron colonizar varios países de américa latina.
La "momia" se encuentra en una cámara criogénica donde se mantiene la conservación. Sin embargo, hubo campañas para llevar los restos a la montaña y no fueron pocos los que le dieron poderes divinos a los restos del niño incaico. En este punto el periodista fue tajante: "Son científicos entrenados para saber qué hacían esos pueblos y dar respuestas a la sociedad".
García contó que la momia en su momento fue ubicada como un mensaje hacia el futuro y ahora, en este contexto, puede dar un mensaje sobre el pasado. "Atribuirle pensamientos mágicos a la momia, o culpar a la momia porque no nieva no es algo en lo que cree la ciencia", alertó.